Zapatero busca la unidad de acción con Rajoy frente a las turbulencias
Que en Portugal haya sido posible el encuentro entre Gobierno y oposición para gestionar una hoja de ruta mínima ante las turbulencias en los mercados, y que en España esto siga siendo una asignatura pendiente, dejaba en mal lugar tanto a José Luis Rodríguez Zapatero como a Mariano Rajoy. A iniciativa del primero, ambos se verán mañana en La Moncloa.
La convocatoria se conoció ayer, momentos antes de que José Luis Rodríguez Zapatero presidiera la ejecutiva federal del PSOE. En ella se supo que el orden del día del encuentro entre el presidente y el líder de la oposición tendrá dos temas exclusivos: el plan de rescate decidido por la UE para Grecia y la reestructuración del sistema financiero español. La cita, cuarta en lo que va de legislatura, viene precedida de un desencuentro permanente entre el Gobierno y el PP sobre la forma de afrontar la crisis económica y, como consecuencia de ello, de un continuo cruce de reproches sobre sus efectos, principalmente una tasa de desempleo que ya supera el 20%.
La caída en picado del PSOE en las encuestas, la creciente inestabilidad de las bolsas y las respuestas tan efímeras del Gobierno a las turbulencias en los mercados han aconsejado, según fuentes socialistas, la reunión con el jefe de la oposición. Portugal, un país que como España se encuentra también en el punto de mira de los mercados, vio como la semana pasada su primer ministro, el socialista José Sócrates, y el líder de la oposición, el socialdemócrata Pedro Passos Coelho, escenificaron en el palacio de São Bento un pacto de mínimos para salir de al crisis y, sobre todo, emitir un mensaje de unidad. Por razones evidentes, las aspiraciones de Zapatero quedan muy lejos de estos objetivos, pero, al menos, sí persiguen una cierta comunión de intereses con el líder del PP para que los males de España no se amplifiquen en los altavoces internacionales.
La reunión y la foto con Rajoy sería, en suma, una especie de complemento final a los esfuerzos ímprobos que en los últimos meses está haciendo el Gobierno para dotar de credibilidad a su plan de ajuste. Frustrados, por ligeros, los llamados acuerdos de Zurbano, el Ejecutivo aprobó el pasado viernes una reducción de altos cargos que tampoco ha cosechado demasiadas convicciones.
El PSOE afirma que lo importante es "generar confianza", porque "es lo que piden los ciudadanos"
La secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, defendió ayer la reunión de mañana entre Zapatero y Rajoy con el argumento de que "ahora, más que nunca, es importante generar confianza y llegar a acuerdos, porque es lo que nos piden los ciudadanos". Estas frases contienen las palabras claves que más preocupan en estos momentos al Gobierno: confianza y ciudadanos. Traducidas, se convertirían en mercados y opinión pública, los dos problemas que traen de cabeza a los responsables económicos y a los estrategas de la comunicación.
Más allá de la foto del miércoles, los antecedentes no invitan al optimismo, según reconocen fuentes socialistas y del PP. En la última sesión de control al Gobierno, Zapatero y Rajoy se agredieron con los datos macroeconómicos que a cada uno más convino para certificar el inicio de la recuperación, en el primer caso, y la continuidad de la caída en un pozo sin fondo, en el segundo. El pasado domingo, el vicepresidente Manuel Chaves, desconocedor quizás de la cita del miércoles, sentenciaba cualquier posibilidad de pacto con el PP. "No podemos contar con ellos para salir de la crisis. Rajoy tiene que saber que para ser presidente del Gobierno hace falta algo más que te venga a ver la Virgen en forma de crisis económica", añadió.
En esta especie de diálogo de sordos entre Gobierno y oposición, el segundo punto del orden del día que Zapatero pretende abordar con Rajoy, la reestructuración del sistema financiero, merece un punto y aparte. El PP dio hace seis meses su visto bueno al FROB y desde entonces ha insistido en la necesidad de acelerar los instrumentos que prevé para conseguir la consolidación de bancos y cajas. El problema es que el PP poco tiene que aportar en el proceso de fusión de estas últimas porque son sus comunidades las que llevan la voz cantante.
"Ánimo constructivo" en el líder del PP
Con la mejor disposición y con el mejor ánimo constructivo. Así acudirá mañana Mariano Rajoy a la cita de La Moncloa con el presidente del Gobierno, consciente de que "debe intentar ayudar al país en todo lo que pueda". Esta predisposición al diálogo del líder de la oposición fue trasladada ayer a los medios de comunicación por la secretaría general del PP, María Dolores de Cospedal, quien advirtió que su formación acepta de antemano los dos puntos en el orden del día fijados por Zapatero para la cita : Grecia y la reestructuración del sistema financiero español.No obstante, las buenas palabras enseguida dieron paso a los reproches. Cospedal recordó que el Gobierno carece de un "plan integral" para superar la crisis económica, pues hasta ahora ha optado por aplicar"medidas raquíticas y poco ambiciosas". Y reiteró la posición de su partido al respecto, cuando reivindica un plan de acción que incluya un ajuste severo de las cuentas públicas, una reforma laboral ambiciosa y un programa fiscal que excluya la subida de impuestos. "El Gobierno", aseguró Cospedal, "tiene que tomar nota de Grecia".La secretaria general del PP eludió comentar si los 9.792 millones de euros que corresponde aportar a España al plan de rescate griego son o no asumibles. "Esperaremos a oír las explicaciones de Zapatero, aunque es un volumen de recursos mayor de lo que se dijo en un principio", señaló.
Largo desencuentro
De forma oficial, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy no se veían cara a cara en La Moncloa desde octubre de 2008. No obstante, se da por descontado que desde entonces han existido entre ambos más encuentros personales secretos, sobre todo para hablar de ETA.