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Lecciones de la crisis griega

La zona euro exige que la banca contribuya al rescate de Grecia

La banca europea deberá colaborar en la operación de rescate de Grecia puesta en marcha el domingo por la zona euro, advirtió ayer la Comisión Europea. La contribución privada podría materializarse a través de préstamos adicionales o de asunción de riesgos en el país rescatado.

La iniciativa ha partido del gobierno de Angela Merkel, que busca desesperadamente demostrar a la opinión pública alemana que el rescate de Grecia es imprescindible para salvar el euro y que la ingente operación, valorada en 80.000 millones de euros para los próximos tres años, no será sufragada sólo por el erario público de los países de la Unión Monetaria.

"En los próximos días", señaló ayer en Berlín el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, "cada ministro de Finanzas se empleará a fondo con las principales entidades del sector financiero para presentarles el programa de rescate, pero también para que se involucren de nuevo, tan pronto como sea posible, en salvaguardar las necesidades financieras de Grecia".

Fuentes de la Comisión Europea respaldaron en Bruselas el planteamiento alemán. "La banca debe mirar de nuevo a Grecia y observar que se ha puesto muchísimo dinero a través de los canales oficiales, por lo que esperamos el sector también adopte una actitud más favorable hacia ese país".

Las mismas fuentes descartaron una petición oficial para que la banca contribuya al rescate. Pero añadieron que dado "el esfuerzo que se ha hecho, estamos legitimados para esperar que la banca también analice de nuevo la situación griega".

Las entidades de las que cabe esperar un mayor esfuerzo son las alemanas y francesas, principales acreedoras del Estado griego dentro de la zona euro.

Las fórmulas para canalizar su contribución siguen abiertas. Pero tanto Berlín como Bruselas se esforzaron ayer en demostrar que esa participación, siempre teóricamente voluntaria, no puede equipararse a una reestructuración de la deuda griega o a una moratoria.

La prensa alemana ya asegura que entidades bancarias como Deutsche Bank o las aseguradoras Allianz y Munich Re, estudian aportar sus propios préstamos a Grecia por un valor total de hasta 1.000 millones de euros. Otras firmas estudian la posibilidad de añadir deuda griega a su cartera como aportación para evitar el desplome del precio del bono griego y el aumento de los intereses y del coste de protección de los títulos (CDS).

Con el mismo objetivo, el gobierno austriaco también mencionó ayer la posibilidad de que las entidades financieras se comprometan a mantener su exposición en el mercado griego y a no cancelar las líneas de crédito actuales. "La conducta del sector financiero no puede socavar el plan de rescate", advirtió Viena.

Sin umbral mínimo

La participación del sector privado en el rescate puede verse facilitada por la decisión adoptada ayer por el Banco Central Europeo de eliminar el umbral mínimo de calidad para admitir como colateral los títulos de deuda publica griega. La última rebaja de Standard & Poors habían dejado el rating del bono griego por debajo del umbral mínimo exigido por el BCE, situándolos a nivel de bono basura. Aún así, Fráncfort seguirá admitiéndolos para operaciones de financiación.

Los beneficios de los préstamos se repartirán

Una de las dudas del plan de rescate de Grecia eran las posibles pérdidas para los países de la zona euro con una posición más débil ante los mercados, como Portugal o Irlanda y, en menor medida, España. El sistema pactado por los ministros de Economía de la zona euro garantiza que ningún socio perderá dinero aunque tenga que pagar por su propia deuda unos intereses superiores al préstamo concedido a Grecia (que gira en torno al 5%).El acuerdo prevé que los beneficios del resto (en particular, de Francia y Alemania, cuya triple A les permite financiarse en mejores condiciones) compensarán esa pérdida potencial.Con esa garantía se pone en marcha una operación de una envergadura sin precedentes dentro de la UE. El reciente rescate de Rumanía, por ejemplo, sólo costó 20.000 millones.En cualquier caso, Bruselas espera que dentro de año y medio, Grecia pueda empezar a financiarse por sí misma, por lo que no haría falta desembolsar los 110.000 millones. Pero tampoco descarta que la factura se eleve aún más.La primera entrega, de unos 8.500 millones de euros, se realizará antes del 19 de mayo, cuando Atenas afronta la refinanciación de una parte de su descomunal deuda (300.000 millones). A partir de entonces, el plan prevé otras 11 entregas, pero sometidas a una doble evaluación previa por parte de la Comisión Europea y del FMI. Los préstamos tendrán una madurez de tres años, por lo que si el programa se ejecuta hasta el final, las primeras devoluciones (con un interés alrededor del 5%) llegarán en 2013 y las últimas, en 2016.

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