El Gobierno insiste: España no es Grecia y hay que dejárselo claro al mercado
El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, insistió hoy en que la situación económica de España a medio y largo plazo es "sustancialmente distinta" a la de Grecia, aunque reconoció que hay que enviar "mensajes claros" a los mercados para preservar la credibilidad.
Pese a considerar que hay que convencer a los mercados de la "sostenibilidad" de las cuentas públicas españolas, Campa rechazó que la política del Gobierno se tenga que basar en su evolución diaria.
Campa hizo esta consideración durante un almuerzo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y en respuesta a una pregunta sobre el temor que existe en los mercados a un posible contagio a España de la crisis griega.
Así, Campa pidió "calma" a los mercados y añadió que lo "fundamental" es tener políticas de crecimiento sostenible a largo plazo y ejecutarlas.
Al respecto, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, también previó hoy que los mercados se tranquilizarán en las próximas semanas después de que se decidiese un plan de rescate para el país heleno.
Sobre la reacción de los mercados a la situación económica española, Campa indicó que España "nunca ha percibido una falta de demanda, ni falta de apetito" en las emisiones de deuda soberana.
Preguntado también por la reforma de la Ley de ârganos Rectores de Cajas de Ahorros (LORCA), que se llevará a cabo en el segundo semestre del año, Campa aseguró que "irá orientada a reforzar los mecanismos" de estas entidades "para que tengan más y mejores" recursos.
Además, añadió al respecto de la reestructuración de las cajas, que el Ejecutivo mantiene la intención de que este proceso finalice antes de julio.
Para Campa, un sector financiero reestructurado que sea solvente y funcione correctamente es uno de los planteamientos necesarios para conseguir un crecimiento sostenido a largo plazo una vez finalice la crisis.
"No significa que la concesión de créditos vuelva a las tasas de 2006 y 2007, pero sí que llegue a personas y familias con proyectos rentables", dijo.
En este sentido, señaló que entre un 4 y un 5% del PIB, hasta ahora en el sector residencial, tendrá que reasignarse a otras actividades, "que no podrán ser otras que el comercio o los servicios".
En paralelo a esa reasignación sectorial de recursos tendrá que crearse una fuerza laboral adecuada, lo que a juicio de Campa implica necesariamente la reforma de un mercado de trabajo con una excesiva temporalidad.
"Lo importante es pensar si debemos seguir manteniendo un 35% de la población activa fluctuando entre el empleo y la temporalidad o si queremos un mercado de trabajo que no fomenta la formación interna ni la movilidad de una empresa a otra", afirmó.
Por esta razón, consideró que no se puede centrar el debate en el coste del despido, ya que se trata de una cuestión puntual dentro de la relación laboral, que no ha supuesto una barrera para destruir empleo, aunque sí ha podido traer consigo pérdida de productividad, al optar muchos empresarios por mantener puestos de trabajo menos costosos.
En su opinión, la reducción de la dualidad entre temporales y fijos debe ser el objetivo a largo plazo de la reforma, mientras que en el corto plazo es fundamental dotar a las empresas de flexibilidad en el marco de la negociación colectiva.
Junto con los cambios en el sistema financiero y en el mercado laboral, Campa se refirió a la necesaria adecuación de las cuentas públicas del Estado a la nueva situación, lo que supondrá un ajuste de la estructura impositiva, dado que los superávit obtenidos antes de la crisis "no eran estructurales, sino que tenían que ver con el ciclo".