La doble recompensa de la energía limpia
Estados Unidos y China son responsables del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundial. EE UU tiene intención de dedicar 150.000 millones de dólares a equipamiento para energías limpias los diez próximos años, con 118.000 millones en el plan de reactivación para fomento de energías verdes. En el caso de China, 218.000 millones de dólares de estímulos, tarifas y subsidios para energía eólica y solar y un plan para el desarrollo de la eficiencia. A ello se añade que Europa invertirá para alcanzar su objetivo del 20% de energías renovables para 2020.
De hecho, las energías limpias compiten cada vez mejor. Se ha penalizado a empresas que necesitaban financiación de bancos, pero los planes de inversión gubernamentales y restablecimiento de mecanismos de crédito facilitan el crecimiento. Además, la población puede aumentar más de un tercio para 2050, algo que históricamente va acompañado de aumento proporcional de consumo energético. Entre las energías libres de carbono, la eólica es de las más baratas y su capacidad se puede multiplicar por cinco en 2050. En solar la oferta es abundante y los costes bajan con rapidez.
Además, a la espera de que se adopten a gran escala convienen empresas con bajas emisiones de CO2. Es el caso del gas natural. Por su parte, los diodos LED consumen la décima parte que las incandescentes y duran hasta diez veces más. Sus ventas pueden crecer hasta 15,000 millones de dólares para 2013. Además, es previsible un aumento de vehículos híbridos eléctricos hasta cinco por ciento de cuota para 2020. En cualquier caso una cartera o fondo en energías limpias puede materializarse en rentabilidad financiera a largo plazo y tiene una recompensa ética al contribuir a la conservación del medio ambiente para generaciones futuras.
Philippe de Weck. Gestor del fondo Pictet Funds Clean Energy