Negocios en España
La respuesta a si se pueden hacer negocios en España parece obvia. Sí, en España claro que se pueden hacer negocios, pero si analizamos un poco más en profundidad la cuestión, veremos que no. En el momento en el que el dato del paro alcanza proporciones históricas, y vuelve a ser la principal preocupación de millones de familias españolas, el fomento de las oportunidades de negocio, y la actitud emprendedora deberían ser la base fundamental sobre la que cimentar la recuperación económica para que esta sea estable y sostenible.
España está clasificada en el número 62 en facilidad para hacer negocio en 2010, habiendo perdido 11 posiciones respecto a la edición anterior (en la que ya teníamos una clasificación más que discreta), muy lejos de la posición que nos correspondería, siendo nuestro país una de las principales economías del mundo.
Este índice de comparación mide la facilidad para empezar a emprender, para contratar, la facilidad a la hora de afrontar los trámites administrativos, registrar propiedades, obtener créditos, pago de impuestos o índice de protección y cumplimiento de contratos.
Para los analistas del Banco Mundial es preferible durante 2010 emprender un negocio en países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido, o Japón. Hasta aquí nada reseñable, pero también otros países como Corea, Sudáfrica, Chipre, Tonga o Mongolia están por delante de nuestro país en la clasificación de la facilidad para emprender y hacer negocio.
Uno de los principales frenos a la actividad económica en España son las pesadas trabas burocráticas que tienen los emprendedores para poder poner en marcha cualquier iniciativa. En un escenario en el que se intenta desde la Administración incentivar que surjan proyectos innovadores y fomentar la aparición de emprendedores que generen empleo, es absurdo que luego ese esfuerzo público en fomentar la figura del emprendedor caiga en saco roto ante las enormes trabas burocráticas.
No es de recibo que en España los trámites para abrir una empresa nos lleven a una media de 10 procedimientos administrativos y 47 días de media, mientras que la media en la OCDE se encuentra en 5 procesos y 13 días. Seguimos en los tiempos del "vuelva usted mañana".
Es el momento de exigir que se agilicen y faciliten todos estos procesos, el Gobierno y las comunidades autónomas tienen una asignatura pendiente, y aunque todos los años se anuncian medidas para simplificar los trámites administrativos en la apertura de empresas estamos en el furgón de cola por detrás de casi todos los países de nuestro entorno.
Alejandro Suárez. CEO de Ocio Networks