Bruselas no tiene culpa de la nube
La decisión de cerrar el espacio aéreo ha sido tomada por las autoridades nacionales de los respectivos países, tras conocer la alerta emitida por un sistema creado por la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) y, en concreto, por su centro de Londres (gestionado por el servicio de meteorología del Reino Unido). Es decir, nada que ver con Bruselas.
A nivel europeo, la Comisión Europea tampoco tiene ninguna responsabilidad en la materia, porque incluso el recién estrenado Tratado de Lisboa mantiene la seguridad aérea como una competencia estrictamente nacional.
Eurocontrol, a pesar del nombre, tampoco tiene nada que ver con la UE, salvo el hecho de que la Comunidad Europea es uno de sus miembros. Pero es una agencia intergubernamental que agrupa a los proveedores de servicios de navegación y control aéreo, al margen del organigrama comunitario.
Aún así, todas las miradas se han vuelto hacia Bruselas a la hora de buscar explicaciones a lo ocurrido, responsabilidades si la gestión no ha sido adecuada y compensaciones por los daños sufridos. Incluso el Reino Unido, con su primer ministro a la cabeza, ha calificado de "europeo" el problema y ha pedido una respuesta coordinada.
La lectura de esta reacción puede ser positiva, porque demuestra que la opinión pública ya no enttende que cada país reaccione por su cuenta ante una nube volcánica europea. Pero no hay que ser demasiado optimistas. Cuando el cielo se despeje y se cubra de estelas blancas, más de uno de los que ahora reclaman soluciones a Bruselas, volverá a sentarse en su cómodo sillón nacionalista en cuanto regrese a casa.
Imagen: archivo de la CE.