El fondo de rescate financiero de la UE no cubrirá los excesos de la banca
La Unión Europea no tiene intención de cubrir los excesos que la banca pueda tener en un futuro con el fondo de rescate que planea crear, y por eso hoy ha avisado a las entidades de que dicho fondo no les servirá como un seguro para que el Estado vuelva a salir en su rescate.
La reunión del Ecofin, el Consejo de Economía y Finanzas de la UE, concluyó hoy en Madrid tras dos intensas jornadas en las que la supervisión financiera y el refuerzo del control presupuestario centraron las discusiones entre ministros y gobernadores de bancos centrales.
Un control fiscal que podría reforzarse con la revisión de los presupuestos de cada Estado por parte de Bruselas, aunque la presidenta de turno del Ecofin, Elena Salgado, aclaró hoy que esta propuesta que ayer ya presentó la Comisión Europea no supondrá que las autoridades comunitarias puedan votar o vetar las cuentas nacionales.
En la rueda de prensa de conclusión del Ecofin, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, resumió la propuesta de crear un fondo europeo que puede estar formado por "fondos de resolución" de cada país nutridos con las aportaciones de la banca.
Salgado advirtió de que dichas aportaciones no deben hacer pensar a las entidades que cuentan con un seguro para, en caso de estar en peligro, tener la convicción de que el Estado saldrá a reflotarlas.
Una teoría en consonancia con la del autor de la propuesta, el comisario europeo de Mercado Interno y Servicios, Michel Barnier, quien en su intervención ante el Consejo advirtió de que los contribuyentes no pueden volver a ser los primeros pagadores de los estragos de la banca.
Aunque aún queda mucho recorrido hasta definir cómo serán el fondo y la tasa bancarios, Barnier espera concretar antes de junio si se decanta por la creación de un único fondo europeo al que aporten las entidades directamente, o uno que coordine los fondos creados por cada Estado.
En este último caso, Elena Salgado apuntó que podrían utilizarse como base los fondos de garantía de depósitos (FGD) existentes en algunos países como España, si se les introdujeran elementos para determinar los riesgos que asuman las entidades con el fin de gravarlos.
En cualquier caso, estos fondos serían complementarios a la reforma del sistema de supervisión financiera en la UE, según recordó Rehn, que además debería estar coordinada con terceros países como apuntó el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
Tanto Trichet como Rehn coincidieron además en que hay que perfilar con detalle las aportaciones bancarias y tener en cuenta las mayores exigencias de capital que marcará Basilea III para evitar que perjudiquen que el crédito llegue a familias y empresas y ayude así a la recuperación económica.
Una advertencia que comparten en España el supervisor bancario, el Gobierno y las entidades financieras, según han reconocido recientemente.
El otro gran eje de este Ecofin, que por ser informal carece de acuerdos finales, ha sido el de las medidas para mejorar la coordinación de las políticas económicas en la UE y ayudar así a la consolidación fiscal, después de una crisis que ha dejado elevados déficit y problemas con la deuda pública, con casos extremos como el de Grecia.
Yorgos Papaconstantinu, ministro de Finanzas de este país -que el jueves pidió a la Comisión Europea, al FMI y al BCE la apertura de conversaciones para fijar un programa plurianual que concrete sus ayudas-, aclaró no obstante que Grecia esperará a que se concreten los detalles del plan de rescate antes de empezar a pedir préstamos
El Ecofin ha recibido de la Comisión sus conclusiones sobre la revisión de los distintos programas de estabilidad y ha hecho sus propias valoraciones, que aprobará en el próximo Consejo formal.
Ya el mes pasado España recibió la petición de la Comisión de concretar sus medidas para reducir el déficit de 2011 a 2013, un reclamo que hoy recordó Olli Rehn, quien explicó que este país tiene mayores retos que afrontar si quiere volver a crecer. Ante este recordatorio, la ministra española de Economía apostilló que no sólo España, sino varios países más, tienen que cumplir con este reclamo de Bruselas.