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Tribuna
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La subida del IVA "a término"

El próximo 1 de julio entrará en vigor la subida de tipos del IVA prevista en la Ley de Presupuestos para este año. El tipo general pasará al 18%, el reducido al 8% y el superreducido se mantiene en el 4%.

Las razones de la subida son, sin duda, de tipo presupuestario, y no es éste el lugar para analizar los motivos macroeconómicos que pueden servir para justificar o criticar la medida.

Desde el punto de vista europeo, esto es, de la armonización tributaria, el incremento se enmarca sin mayores problemas dentro de las economías de nuestro entorno, cuyos tipos generales del impuesto, en promedio, están en línea con los aprobados.

Ahora bien, llama la atención el «efecto retardado» con que esta novedad tributaria ha sido introducida. Recordemos que la subida fue anunciada en septiembre de 2009, aprobada en diciembre de 2009 y entrará en vigor en julio de 2010. Semejante diferimiento de casi un año en la entrada en vigor -absolutamente inusual- ha producido unos efectos claramente negativos. Además de permitir el calentamiento de una campaña de larga duración contra la subida, incluso alentada por quienes tienen responsabilidades públicas, el retraso en la aplicación de los nuevos tipos producirá en los próximos meses una notable alteración en decisiones de compra, que sin duda distorsionarán el funcionamiento normal de la inversión o el consumo.

Pensemos por un momento lo que puede representar, por ejemplo, para la industria automovilística, la anticipación más o menos artificiosa de las ventas hasta fin de junio, seguido de un mes de julio plano y otro de agosto de vacaciones. Lo mismo puede decirse de la venta de viviendas nuevas, que se verán encarecidas el 1 de julio en un 1%. Veremos muchas escrituras públicas de pisos con fecha 30 de junio, seguro.

Uno de los principios clásicos de los sistemas tributarios ortodoxos, se decía, era el de neutralidad de la fiscalidad sobre las decisiones de inversión. No va a ser este el caso, al menos coyunturalmente.

En resumen, la subida de impuestos "a término" es un ejercicio arriesgado por las razones expuestas. Seguramente a estas alturas ya se habrán arrepentido del aplazamiento, pero en su momento la coyuntura económica junto con la falta de apoyos políticos, no favorecían una subida inmediata. ¿La favorecen ahora?.

José Ignacio Jiménez-Blanco, socio de Clifford Chance

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