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Tribuna
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Es la hora de ahorrar para los propietarios

En estos momentos, cuando nos enfrentamos a una situación económica complicada, los propietarios de inmuebles se ven obligados a realizar una serie de ajustes en los precios que afectan a sus márgenes de ganancias. Por ello, ahora más que nunca necesitan reducir los niveles de gastos innecesarios o superfluos de un inmueble, ya sea de oficinas, un centro comercial, una nave industrial o una vivienda.

Una de las opciones que más positivamente se valora en la actualidad es la incorporación de medidas de sostenibilidad que controlan el uso de la energía en los edificios, gracias a la cual se consiguen ahorros de forma directa y constante.

Esta reducción en el consumo de energía genera un flujo de caja disponible para el propietario que puede ser utilizado en acciones adicionales para la mejora del inmueble, como pueden ser en imagen y confort dirigido a los inquilinos, sin necesidad de requerir inversiones extras a las previstas inicialmente.

Nuestra experiencia en el sector nos dice que la incorporación de sistemas de eficiencia energética en inmuebles posibilita el ahorro en consumo de energía de hasta un 40% en el caso, por ejemplo, de los centros comerciales, lo que según lo anteriormente expresado y tomando en consideración que el consumo de energía supone de entre el 15% al 20% del total de presupuesto de gasto anual, esta reducción se traduce en la libre disposición del 6% al 8% del presupuesto inicial.

Es hora, por tanto, de que los propietarios se den cuenta de las ventajas de implantar sistemas sostenibles. Incluso, y a pesar de la situación económica actual, existen subvenciones y apoyo económico desde organismos públicos e inversores privados que facilitan la puesta en marcha de estas mejoras, lo que se encuentra al alcance de cualquiera con el cumplimiento de unos requerimientos mínimos.

Existen innumerables beneficios por implantar sistemas de eficiencia en los inmuebles a medio plazo. Por ejemplo, una reducción de gastos fijos, producto de la disminución en el consumo de energía. Esto permite un aumento continuo de la rentabilidad del inmueble al disminuir el volumen de gastos. Además, produce un incremento de demandas de espacio por parte de potenciales inquilinos, que ven en estos edificios una oportunidad única para sus intereses en concepto de ahorro e imagen.

Sus ventajas no se quedan ahí. Esta implementación de sistemas energéticos proporciona mejores condiciones de ocupación y aumento de los niveles de satisfacción del inquilino. Gracias a ello, el propietario tendrá un motivo más para pactar contratos estables y a largo plazo con él. Además, permite al propietario un posicionamiento en el mercado ante la adopción de políticas medioambientales, ya que además lleva implícito la reducción de las emisiones de CO2.

Es la hora del ahorro. Este eslogan publicitario es más válido que nunca para los propietarios de inmuebles, dada la situación complicada que vive el sector. Los beneficios son muchos y la inversión, en la mayoría de los casos, escasa y amortizable a corto plazo.

Ana Lasso. Responsable de sostenibilidad de Jones Lang LaSalle

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