Bríos renovados en Wall Street
Los buenos resultados trimestrales de Intel y JPMorgan inyectan en la Bolsa de Nueva York el ánimo necesario para extender el rally alcista, respaldado también por las referencias macro publicadas en la jornada. El Dow Jones ganó un 0,94%%, hasta los 11.123 puntos.
Asimismo, el S&P 500 avanzó un 1,12% (1.210 puntos) y el tecnológico Nasdaq subió un 1,58%, para alcanzar los 2.504 puntos.
Antes del toque de campana del miércoles, ya pintaba una sesión de escalada en el parqué neoyorquino, al calor de los resultados relativos al primer trimestre del año que publicaba Intel ayer -después del cierre del mercado-. El fabricante de chips anunció que de enero a marzo obtuvo unos beneficios de 2.442 millones de dólares, con lo que cuadriplica las ganancias del mismo periodo de 2009 y cierra el mejor primer trimestre de su historia. Las acciones de Intel acababan hoy anotando un rendimiento del 3,25%.
El alcance del apartado corporativo no quedó ahí, sin embargo. JPMorgan también presentó hoy sus cuentas relativas a los tres primeros meses del año. El banco estadounidense incrementó un 55,3% el beneficio registrado en ese lapso -frente a idéntico plazo del año previo-, hasta alcanzar los 3.326 millones de dólares. Los títulos de la entidad sumaban en el día un 4,05%.
Con ambas empresas como estandarte, tanto el sector tecnológico como el financiero tiraron de los índices hacia arriba. Precisamente entre los valores que más avanzaron este miércoles, JPMorgan fue el mejor; a continuación, Bank of America (+3,70%) e Intel, como tercer empresa de referencia. Por el contrario, Merck cedía un 1,42%, asumiendo el peor golpe de la jornada. Verizon (-0,80%) y Pfizer (-0,64%) completaban el grupo de cola.
Por otra parte, Apple dijo hoy que retrasará en un mes el lanzamiento internacional de la tableta iPad. Una noticia que sin embargo no impedía que la acción de la compañía de Steve Jobs ganara un 1,34%.
La cooperación necesaria de las referencias macro
En el capítulo macroeconómico, la agenda del día estuvo repleta de citas con la publicación del IPC a la cabeza de todas ellas. A tenor de los movimientos del día, el cómputo general ha satisfecho a los inversores. O, al menos, no ha enturbiado el optimismo atraído por el ámbito empresarial.
El Índice de Precios al Consumo del mes de marzo respondió a los pronósticos de los analistas y creció un 0,1%. En clave interanual, la inflación de Estados Unidos aumentó un 2,3% -dos décimas más que el mismo mes de 2009-. Un resultado muy próximo al incremento del 2,4% previsto por los expertos.
Asimismo, hoy fueron anunciadas las ventas al por menor, los inventarios de negocios y las solicitudes semanales de hipotecas. Las ventas minoristas subieron en marzo un 1,6%, un dato superior a la predicción en cuatro décimas y muy por encima del balance arrojado en febrero (+0,3%). Los inventarios de negocios, por su parte, crecieron un 0,5% en febrero, frente al 0,2% del dato revisado de enero. Y las peticiones semanales de hipotecas cayeron el 9,6%, ante un descenso del 11% en los siete días previos.
Entre las claves del día es importante anotar también la intervención del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, ante el Comité Económico Conjunto del Congreso estadounidense, y la presentación del 'Libro Beige'. Los argumentos de ambos coincidieron en términos generales.
Los consumidores estadounidenses han aumentado su nivel de gasto y existen algunas señales evidentes de mejoría económica, si bien el mercado laboral continúa endeble. La "debilidad" del sector de la construcción y la "pobre consolidación fiscal" de muchos gobiernos estatales y locales ejercen asimismo como "presiones significativas" sobre la recuperación, según Bernanke.
En cuanto a las materias primas, el barril de crudo de Texas subió el miércoles un 2,12%, a un precio de 85,84 dólares, después de que fuera notificado que las reservas de petróleo en Estados Unidos disminuyeron la semana pasada.
Según los datos divulgados por el Departamento de Energía (DOE), las existencia de petróleo en el país bajó en 2,2 millones de barriles, quedando en 354 millones de barriles. Una cifra más positiva que la prevista por algunos analistas que habían pronosticado un alza de algo más de un millón de barriles.