El miedo como equilibrador de las cuentas familiares
Los activos financieros netos repuntan tras desplomarse en 2008
Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... La sabiduría del refranero popular se demuestra una vez más en el comportamiento económico de las familias. El latigazo de la recesión, transformado de forma cruda en más de cuatro millones de parados, ha llevado a los hogares españoles a un brusco saneamiento de sus cuentas, sabedores de que nadie está exento del riesgo de ver cercenados sus ingresos. Los últimos datos del Banco de España, referentes al tercer trimestre de 2009, señalan un cambio de tendencia en los balances de las entidades económicas más básicas. Así, los activos financieros netos de las familias repuntaron en 50.000 millones de euros respecto al cierre de 2008, un año en el que, en cambio, se habían desplomado en 260.000 millones. Un ajuste a todas luces necesario, que, sin embargo, contribuye a la prolongación de la crisis a través del recorte del consumo.
Ese saneamiento del balance familiar se produjo en ambos lados de la cuenta: después de perder más de 200.000 millones en 2008 (cerca del 20% del PIB), los activos financieros repuntaron en 40.000 en el tercer trimestre del año pasado, gracias al repunte de la bolsa tras el descalabro de hace dos años y al fuerte incremento de la tasa de ahorro. Pero las familias también están desapalancándose o recortando pasivos: después de prácticamente triplicarse en los primeros ocho años de la década, en 2009 se rompió la tendencia con una reducción de unos 10.000 millones.
Contra el lugar común, las grandes cifras apuntan a que las familias españolas guardan un equilibrio entre el dinero en efectivo o depósitos bancarios (819.535 millones de euros) y el que deben por préstamos a largo plazo (866.618 millones). Es decir: los hogares del conjunto del país pueden hacer frente a sus pasivos a largo plazo con su activos a corto, lo que habla de una situación financiera global relativamente saneada. Por supuesto, las grandes cifras son útiles a efectos estadísticos, pero dentro de ellas se esconde un sin fin de casos particulares, algunos de gran dramatismo.
El tirón de la tasa de ahorro sanea los balances de las familias, aunque el consumo se resiente
Ahorro e inversión
Los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística no hacen sino corroborar la tendencia dibujada por el Banco de España: la tasa de ahorro de los hogares cerró 2009 en una media del 18,8% de la renta disponible, y alcanzó en el cuarto trimestre el 24,7%, su récord histórico. Después de más de un lustro en la que apenas superaba el 10%, los hogares responden a las dificultades económicas percibidas con un ejercicio de conservadurismo o, sencillamente, de prudencia.
En cualquiera de los casos, esa tasa de ahorro del 25% no significa que a las familias les sobre uno de cada cuatro euros ingresados; simplemente, esa es la parte de la renta que no se consume. La misma se destina, fundamentalmente, a inversión en vivienda (es decir, la letra de la hipoteca forma parte de ese ahorro). Otro de los cambios surgidos de la recesión es que, en la actualidad, los hogares ahorran más de lo que invierten (de hecho, la inversión cae con fuerza). La diferencia es clara respecto a la época del boom inmobiliario, cuando los hogares recurrían al endeudamiento masivo para hacer frente a la compra de vivienda y otros bienes.
Las empresas agravan el deterioro de su balance
Las sociedades no financieras no han logrado unirse al proceso de saneamiento contable que viven los hogares. Según el Banco de España, en el tercer trimestre de 2009 las empresas tenían unos activos financieros netos negativos de 1,54 billones de euros, casi 50.000 millones más que al cierre de 2008. Eso significa que sus pasivos superan a sus activos en el equivalente a 1,5 veces el producto interior bruto. Y ello, pese a que las empresas consiguieron reducir marginalmente sus deudas, que se recortaron en 17.000 millones.Para explicar el deterioro del saldo hay que mirar la parte izquierda del balance. Los activos financieros de las empresas cayeron en el tercer trimestre de 2009 hasta los 2,09 billones de euros, 67.000 menos que al cierre de 2008.Así las cosas, las empresas son las entidades que menos han cambiado su comportamiento financiero por la crisis, frente al saneamiento de las cuentas familiares y el brusco empeoramiento del sector público.Una crisis que, con todo, aparece hoy algo más cerca de remitir. Así lo entiende la fundación de economistas Fedea, cuyo último índice de actividad económica repuntó en marzo (-0,6%) después de haberse estancado en febrero (-0,7%). Sus autores destacan que se retoma la senda alcista iniciada hace un año, aunque el tono global de la economía aún no llegue a niveles positivos.