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El kebab alimenta a Europa

La pita o kebab se está convirtiendo en una de las principales ofertas de comida rápida en Europa, cuyo empuje sólo resisten especies locales tan arraigadas como el bocata, el sandwich o la pizza. Otras, como la crepe, el perrito caliente o el fish & chips se rinden ante el avance de la especialidad turca y oriental. E incluso las grandes cadenas estadounidenses del sector observan impotentes cómo surgen a su alrededor decenas de pequeños locales donde por poco más de tres euros te arrean una buena dosis de carne y energía (¿demasiada?) que alimenta el michelín durante varias horas. En todo el centro de Bruselas, por ejemplo, sólo hay abiertos tres McDonald's, mientras que el número de kebabs crece por momentos.

Pero Bélgica no es la excepción. En Berlín, donde probé por primera vez un kebab hace 19 años, la pita forma ya parte de la gastronomía local tanto como el cuscús en París. Y la llegada de inmigrantes casi hasta el último rincón de Europa, ha familiarizado a millones de europeos con el bloque de carne girando lentamente frente a una placa de calor alimentada por gas.

En algunas zonas de Europa, incluso aparece ya la tentación de promulgar normas para frenar su expansión. El año pasado, en la Lombardía italiana, se desató una polémica por una ley sobre horarios y condiciones comerciales que parecía encaminada a frenar la aparición de kebabs en cada esquina.

Pero el kebab parece ya una industria difícil de contener. A finales de marzo, Berlín incluso acogió una Feria comercial del kebab turco, variante que domina el mercado alemán. Los medios locales calculan que hay más de 15.000 locales de kebab en Alemania y cifran en 2.500 millones la facturación anual. (Esta última cifra me parece un poco exagerada, porque significa que se venden más de 1,7 millones de pitas cada día. Pero quién sabe, porque es cierto que el negocio arrancó con la llegada de la inmigración turca al país, pero ahora tiene como clientes también a buena parte de la población alemana).

Dicen las crónicas que en la Feria se presentó la primicia de un aparato para cortar la carne de manera automática. Y se debatieron asuntos como la estrategia de precios o la necesidad de elevar los controles de calidad y la higiene de algunos locales. O sea, como una reunión de cualquier otra industria alimentaria.

Foto: Kebab junto a la Grand Place de Bruselas (B. dM., 31-3-10).

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