Los rockeros españoles asaltan las librerías
Los tránsitos entre las distintas actividades artísticas generan sospechas, en particular si quien es famoso en otros menesteres desembarca en la literatura. Sin embargo, varios músicos españoles han roto ese tabú en los últimos meses para seguir un camino que ya trazaron en el pasado Bob Dylan o Joaquín Sabina con la publicación de volúmenes de poemas.
Por el momento, el que mejores ventas ha cosechado ha sido Robe Iniesta, el líder de Extremoduro, que publicó en la casa independiente El Hombre del Saco su novela El viaje íntimo de la locura, un grueso volumen con no pocos puntos en común con las letras de su grupo: repletas de aristas, con un sentido poético heterodoxo.
César Strawberry, cantante de otro grupo contundente como Def Con Dos, publica su segunda novela, Nunca quise ser como tú (Ediciones B). Aquí tal vez puedan encontrarse ecos autobiográficos en el relato de una pareja que ve decepcionadas con sus propias vivencias las tendencias antisistema que defendió en los años noventa.
Antonio Luque, al frente de una banda de culto como Sr. Chinarro, publica un par de relatos bajo el título común de Socorrismo (Alpha Decay). En esta obra puede verse una continuidad entre la inspiración surrealista y costumbrista de las dos historias y las letras próximas a su paisano Federico García Lorca que nutren al grupo.
En una línea totalmente distinta llega el tercer título publicado por Miguel Ángel Rodríguez, El Sevilla. El hombre que hablaba a las ranas (Aguilar) es un humorístico pseudolibro de autoayuda construido a partir de conversaciones imaginarias con batracios.