La basura se convierte en oro
Credit Suisse asestó a sus agentes financieros un duro golpe en 2008 cuando les entregó cubos repletos de activos tóxicos como parte de sus bonos. Ahora, sin embargo, no sólo las acciones se han incrementado casi un 70%, sino que puede que los agentes sean capaces de convertirlas en efectivo más pronto de lo esperado. La entidad está considerando dar a los participantes en su Partner Asset Facility (PAF) una opción para vender algunas de sus acciones a inversores externos.
Aunque el banco todavía no haya elaborado ningún plan en firme eso podría suponer un retroceso. Según el plan original, el PAF sonaba como una condena de ocho años. Los 2.000 o más bancos que recibieron una participación, podían obtener un modesto cupón dos veces al año, y después de cinco, el contenido de los cubos de tóxicos se derramaría en plazos. Los accionistas lo aplaudían; algunos banqueros se indignaron.
La recuperación de los mercados mundiales ha absorbido parte del veneno, que ha resultado en un 70% más de ganancias.
Sin embargo, Credit Suisse debe superar aún varios asuntos legales antes de llevar el PAF a los inversores extranjeros. E incluso si algunos agentes pudieran salirse, los compradores pedirían un descuento en el valor actual de las acciones. Los titulares puede que encuentren una rápida, y rentable difícil salida, por ahora.
Sin embargo, no es una decisión para tomar a la ligera. El banco ha abierto el camino de la reforma de la compensación a los agentes y muestra moderación en las primas. Dejarles fuera de l PAF antes de lo previsto podría complacer a algunos. Pero también la entidad correría el riesgo de diluir una innovación que un día se vio como un refrescante antídoto para los excesos de antes de la crisis.
John Foley