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La nueva batalla eléctrica

La junta de Iberdrola bloquea la entrada de ACS en el consejo

El presidente de Iberdrola hizo uso de un 57% de votos delegados, incluidos los del consejo de la eléctrica, para revocar al consejero José María Loizaga, que ACS nombró en la junta del viernes. Y lo hizo apelando a que la constructora es un competidor. La compañía que preside Florentino Pérez anunció que impugnará el cese por razones de forma: al no haber tomado posesión del cargo no es posible la destitución.

La junta de Iberdrola bloquea la entrada de ACS en el consejo
La junta de Iberdrola bloquea la entrada de ACS en el consejo

Tras la sorpresa de la dimisión de Juan Luis Arregui como vicepresidente de Iberdrola y la intervención de oficio de su presidente, Ignacio Sánchez Galán, la junta general de la compañía se celebró según el guión previsto. El secretario del consejo, Julián Martínez Simancas, tomó la palabra para comunicar, además de la dimisión de Arregui, que Residencial Monte Carmelo, sociedad tenedora de las acciones que ACS tiene en Iberdrola (un 6,67%), había solicitado un puesto en el consejo de administración (a ocupar por José María Loizaga, consejero de la constructora) acogiéndose al sistema de representación proporcional.

Después de comprobar que dicho puesto le correspondía legalmente, advirtió, sin embargo, que varios dictámenes encargados a las consultoras PwC y Nera Economic y a los abogados Alonso Ureba, Cortés Domínguez y Cándido Paz-Ares "concluyen que existe un conflicto de competencia estructural, directa y permanente con el grupo ACS e Iberdrola, especialmente en energías renovables e ingeniería", en línea con lo dispuesto en los estatutos de la eléctrica. Según Simancas, el comité de nombramientos de la eléctrica los hizo suyos en una reunión del pasado 22 de febrero.

El encargado de solicitar el cese de Loizaga fue el abogado de Iberdrola Ramón Hermosilla, que inauguró el turno de preguntas en calidad de accionista. "Es evidente -dijo- que ACS es un competidor" a la vista de sus informes económicos. Por ello pidió "que se separe de su cargo, en el supuesto de que sea aceptada, a la persona designada" teniendo en cuenta "ese conflicto y por ir en contra de la ley".

A continuación le llegó el turno al consejero-secretario de ACS, José Luis del Valle, que acudía con un 12,116% de los votos, que no pudo ejercer en lo relativo a los nombramientos de los consejeros. Se renovó a siete, entre ellos al propio Galán; se sustituyó a otros dos y fue amortizado el puesto que durante 15 años había ocupado Arregui. La junta acordó limitar el número de consejeros a 14, con lo cual, la puerta queda, de nuevo, herméticamente cerrada.

Del Valle, que al concluir la asamblea aseguró a los medios que su compañía iba a impugnar la decisión en el juzgado, se opuso a la revocación del consejero de ACS por razones de forma y de fondo y negó la existencia de un conflicto de competencia.

"No se puede revocar a un administrador que no ha adquirido la condición de tal" (para eso es necesario que tome posesión del cargo en la propia junta y sólo en otra posterior se le podría apartar), aseguró. En cuanto a las delegaciones de voto -un 57%, incluyendo al consejo-, dado que el cese no figuraba en el orden del día, rogó al consejo que no hiciera uso de los votos que le han sido entregados en blanco por los accionistas. También denunció que los informes aportados para demostrar el conflicto de competencia estaban incompletos y sólo se incluían las conclusiones.

Del Valle manifestó que no hay un conflicto de competencia "permanente e intenso", y que el que pudiera haber de forma puntual lo corrige el deber de abstención que establece la ley de sociedades anónimas.

En el fondo, añadió, se trata de "una excusa más" de los administradores de Iberdrola para cerrar el paso de ACS a su consejo. Así, recordó que en 2009 cuando ACS, ya libre de la incompatibilidad "justa" que mantenía por estar en Fenosa, solicitó su entrada en el consejo de Iberdrola, la excusa fue que no había vacantes (y enumeró los cambios previos y progresivos del reglamento del consejo para evitar cualquier vacante) y este año, cuando sí había vacantes, la compañía ha apelado a la incompatibilidad.

Otros argumentos que utilizó es que entre 2008 y 2009 sólo se produjeron nueve casos de colusión y que la facturación en energía es sólo de un 1,2% (187 millones sobre 16.000 millones). En cualquier caso, el problema se plantearía sólo con las filiales: Iberdrola Renovables e Iberinco, a cuyos consejos no aspira. Negó, asimismo, que como proveedor no hay conflicto, pues lo es del resto de las compañías eléctricas.

A partir de ahí, el hombre de confianza de Florentino Pérez denunció que el resto de accionistas sentados en el consejo también incurrirían en la misma incompatibilidad.

La cifra

79,5% fue el quórum "histórico" que se registró en la junta de Iberdrola del viernes. El año anterior esta cifra se situó en el 77%.22,5% es el capital de la eléctrica que estuvo presente en la junta general de accionistas que se celebró en el Palacio Euskalduna de Bilbao.57% es el voto del consejo, que incluye el de los consejeros de la empresa eléctrica y el delegado por los accionistas, que cobraron una prima por asistencia de 0,5 céntimos por cada acción en propiedad.

Arregui: el consejo "detectó" la colusión

Una de las escasas claves que Ignacio Sánchez Galán dio el miércoles en la rueda de prensa en la que casi todo resultó enigmático es que, de existir otras incompatibilidades entre los miembros del consejo (además de las que se achacan a ACS), las prácticas de buen gobierno de Iberdrola las "detectarían". Judicializado ya el conflicto con ACS, el presidente de la eléctrica no podía dar puntada sin hilo y sus palabras tampoco podían resultar vanas.Así lo demostró el primer suceso de una junta de alto voltaje: la dimisión de Juan Luis Arregui como vicepresidente de la eléctrica y durante años el primer inversor individual de la empresa, con el 1,2%. Justificación oficial: cortar con las especulaciones sobre su posible conflicto de competencia, después de que hace 15 días la compañía que preside, Ence, haya cambiado su objeto social, ahora dirigido hacia el sector renovables.Razones menos formales: Arregui pretende evitar enredarse en un proceso judicial, el que prevé emprender ACS contra los administradores de la compañía, y dejar el camino libre a Galán en su batalla contra Florentino Pérez. Otras versiones apuntaban a la amistad que mantiene con José María Loizaga, el hombre elegido por ACS para que le represente en el consejo de Iberdrola, en la que tiene un 12%.Galán tuvo palabras de gratitud para él, por haber sido leal y hacer primar "el interés social por encima del personal".

Para acallar dudas. Tras 15 años en el consejo de Iberdrola, Juan Luis Arregui presentó ayer su dimisión. La eléctrica publicó algunas de las razones que esgrimió para su cese: "Cortar de raíz las especulaciones de conflicto de interés", dada su posición en Ence, con peso en renovables.

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