La inflación en Japón bajó un 1,2% en febrero
El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Japón bajó el 1,2% en febrero, por duodécimo mes consecutivo, informó hoy el Gobierno nipón.
El indicador, que excluye los alimentos frescos por su excesiva volatilidad, se situó en el 99,2 con respecto a la base 100 fijada en 2005, según informó el Ministerio nipón de Interior y Comunicaciones. El dato conocido hoy coincide con las previsiones de la encuesta realizada por la agencia local Kyodo.
En Tokio, el IPC bajó en marzo un 1,8% frente al año anterior, también en línea con lo esperado. El indicador en la capital está considerado como una referencia sobre la previsible evolución de los precios en Japón.
En 2009, los precios cayeron en Japón un 1,3%, lo que confirmó que la deflación está instalada en la segunda economía mundial y es la principal amenaza para la recuperación que muestran los datos del PIB.
Japón se recuperó en el segundo trimestre de 2009 de la recesión que sufrió durante un año entero y su Producto Interior Bruto (PIB) creció entre octubre y diciembre a un ritmo anual del 3,8%.
Mejora del consumo privado
En su reunión del pasado miércoles, el Banco de Japón (BOJ) consideró que la economía de Japón se recupera gracias a la mejora del consumo privado, las exportaciones y la producción, pero insistió en que la mayor amenaza es la deflación.
Por ello el anunció nuevas medidas de relajación monetaria para luchar contra la deflación, al tiempo que mantuvo los tipos de interés en el bajísimo nivel del 0,1%, en que permanecen desde diciembre de 2008.
La entidad emisora nipona decidió la extensión y expansión de una línea de crédito a bajo interés que introdujo en diciembre pasado con el fin de garantizar liquidez al sistema financiero, que iba a concluir su vigencia a finales de este mes de marzo.
Ese programa de crédito, por 10 billones de yenes (80.500 millones de euros), va a ser duplicado hasta los 20 billones de yenes (161.014 millones de euros) con el fin de ofrecer préstamos a los bancos de 800 millones de yenes (6,40 millones de euros) en cada operación.
Esa nueva inyección de liquidez al sistema financiero está destinada a fomentar un descenso en los tipos de interés a largo plazo y, en último término, a luchar contra la caída de los precios en Japón. El Banco de Japón cree que la caída de los precios podría prolongarse durante tres años en la economía nipona.