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Columna
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Esperanza y Napoleón

Lo repetía Napoleón: "Il faut créer l'événement". Es necesario crear el acontecimiento, es decir ganar, en el campo de la percepción pública porque sin esa victoria la obtenida por las armas se desvanece. Así sucede también en el ámbito de la política. Lo sabe muy bien, por ejemplo, Esperanza Aguirre, actual presidenta de la Comunidad de Madrid. El caso del llamamiento a la rebelión contra la subida del IVA acordada por el Gobierno permite analizar esa estrategia. Las palabras de Esperanza Aguirre fueron difundidas sin alteración alguna. Era imposible descargarlas con el recurso a la tergiversación por cuenta de los intermediarios periodísticos. Se habían dejado oír en su propia voz resonando urbi et orbi por radio y televisión y figuraban transcritas con exactitud rigurosa en la prensa escrita y online.

Una vez más Esperanza Aguirre iba más allá de sus áreas competenciales y se apoderaba del espacio que corresponde en exclusiva al titular, al menos nominal, de la presidencia del Partido Popular, Mariano Rajoy. Era una nueva incursión después de otras recientes. En la primera, reclamaba, como precio para aceptar el Pacto de Estado reclamado por el presidente José Luís Rodríguez Zapatero, un Gobierno de coalición donde el PP tuviera al menos la cartera de Economía y Hacienda para Cristóbal Montoro y la de Trabajo para Javier Arenas, que serían dos reincidentes experimentados en la época sin complejos del presidente Ánsar. En la segunda, se lanzaba a exigir la convocatoria de elecciones anticipadas, una petición que había rehusado formular Rajoy que tampoco quiso plantear la moción de censura ni pedir a Zapatero que se sometiera a la cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados. En la tercera, pisó el ruedo de la plaza de las Ventas para declarar la fiesta de los toros un Bien de Interés Cultural (BIC) buscando el aplauso de los tendidos de sol.

Estas tres salidas precedentes de Esperanza Aguirre obtuvieron impactos considerables en los medios de comunicación pero debieron dejar a nuestra lideresa insatisfecha. Debió considerar la necesidad de aumentar la dosis en aras de créer l'événement. Así llegamos al llamamiento a la rebelión contra el incremento del IVA del 16% al 18% dispuesto por el Gobierno de la nación. La acogida mediática fue clamorosa, desbordante. La ovación de los afines asalariados alcanzó intensidades asombrosas de una duración increíble. Pero los inconformistas de algunos medios, esos que el almirante Carrero llamaba los triunfalistas de la catástrofe, alzaron su crítica centrada en la palabra rebelión. Se fueron al diccionario de la Real Academia y encontraron sólo dos acepciones. Según la primera, rebelión es la acción y efecto de rebelarse y de acuerdo con la segunda utilizada en derecho, es el delito contra el orden público penado por la ley ordinaria y por la militar. Añadieron el significado que el mismo diccionario da al verbo rebelarse como sublevarse, levantarse, faltando a la obediencia debida.

Alguno llamó la atención sobre el diluvio de escándalo que hubiéramos tenido si el anterior lehendakari del Gobierno vasco hubiera hecho un llamamiento a la rebelión a propósito de las cuestiones que suscitaban su disconformidad. Se abría así una brecha crítica de cierta profanidad que parecía peligrosa. Entonces, el peón de confianza de la cuadrilla autonómica, el vicepresidente Ignacio González, tomó el capote del exegeta para negar que la palabra rebelión hubiera sido pronunciada con el sentido que le atribuye el diccionario ni tampoco con el de insumisión. Fue en vano porque esa misma tarde Esperanza Aguirre salió del burladero para adornarse y enardecer a la peña taurina que la sigue sin desmayo a lo largo de la temporada. Se fue a los medios y proclamó orgullosa que el término rebelión había sido un acierto porque había conseguido despertar de la modorra a la ciudadanía y multiplicar el interés por la elevación del IVA. O sea, que como decía un santo que yo conocí "Dios escribe derecho con renglones torcidos". Claro que para conseguir la primera página cada vez se requiere incrementar la dosis, como tienen bien averiguado los colegas del semanario Interviú. Preparémonos para la próxima.

Miguel Ángel Aguilar. Periodista

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