_
_
_
_
Debate Abierto | Fondo Monetario (europeo)
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Solución europea

A veces, uno se siente feliz simplemente con que sus oponentes empiecen a moverse en la dirección correcta, aunque tarden mucho en hacerlo. Esta última semana hemos presenciado una explosión de declaraciones sobre un Fondo Monetario Europeo (FME). Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, por citar a dos, han estado haciendo llamamientos la semana pasada en favor de la creación de un FME para la zona euro, aunque sus declaraciones a lo largo de la semana hacen dudar de lo sinceros que eran dichos llamamientos. Por extensión, están empezando a comprender la debilidad sistémica que tiene la zona euro por centrarse demasiado en la disciplina monetaria y no lo suficiente en la coordinación económica.

Al hacerlo, reconocen lo que mi partido, el Partido Socialista Europeo (PSE), había señalado hace ya más de un mes: el problema no está en las finanzas públicas de Grecia (a pesar de lo malas que puedan parecer ahora); sino en cómo puede protegerse la zona euro del impacto destructivo de los especuladores, y en cómo podemos asegurarnos de que la política económica funciona, coordinando nuestros esfuerzos.

El 2 de marzo de 2010 propusimos un mecanismo europeo para la estabilidad financiera, que dependería de la creación de un fondo fiduciario por parte de los Estados miembros de la eurozona. Esta propuesta se basaba en la declaración de los primeros ministros del PSE del 10 de febrero, que fue firmada por José Luis Rodríguez Zapatero y Yorgos Papandreu, entre otros.

El gran desequilibrio de la UEM se debe a que la parte monetaria pesa más que la fiscal

A través de la Comisión Europea, el fondo pondría en circulación obligaciones de deuda AAA en los mercados, y pondría el dinero recaudado, a un precio justo, a disposición de cualquier miembro de la eurozona en apuros. El préstamo está condicionado al cumplimiento de una serie de requisitos estrictos. Cualquier país que se beneficie de él debe comprometerse a emprender una vía que conduzca a la consolidación fiscal, pero debe hacerlo sin poner en peligro su cohesión social y su recuperación económica: solamente si el país en cuestión es capaz de generar crecimiento y crear empleo, será capaz de reequilibrar sus finanzas públicas de un modo profundo y duradero.

Desde hace mucho tiempo, hemos estado haciendo llamamientos para que se refuerce la coordinación de la política económica. Cuando se creó el euro, el diseño institucional que lo respaldaba era, por desgracia, débil. El gran desequilibrio de la Unión Económica y Monetaria se debe a que la parte monetaria, excesivamente grande, pesa más que la anémica parte fiscal. Este problema ha sido motivo de preocupación durante más de 10 años. Pero ahora, la actual situación de Grecia (y posiblemente de otros países en el futuro) requiere una acción inmediata.

La urgencia se ha hecho aún mayor por los acontecimientos recientes en el frente de la reforma financiera. De hecho, la batalla contra los especuladores es también una batalla regulativa. Estamos a punto de rematar una primera ley europea sobre el control y la supervisión de los fondos de cobertura y el capital riesgo en Europa (la directiva AIFM). Como cada vez está más claro que posiblemente no podamos contar con el apoyo de nuestros amigos estadounidenses para esto, necesitamos, más que nunca, hacer gala de nuestra fuerza europea colectiva y apoyarnos los unos a los otros. Podemos esperar que, una vez más, tomaremos la iniciativa en este asunto y demostraremos al mundo lo que Europa puede hacer, cuando lo hace unida.

Entonces, ¿qué hacemos a partir de ahora? Seguiremos luchando por una eurozona más fuerte y mejor preparada. Seguiremos luchando contra los especuladores y por un sistema financiero mejor y más justo. Fomentaremos una regulación mundial de los fondos de cobertura y un impuesto mundial sobre las transacciones financieras. Y pueden estar seguros de que no abandonaremos la lucha hasta que hayamos convencido a nuestros amigos tanto europeos como estadounidenses de que nuestro camino es el único camino a seguir.

Poul Nyrup Rasmussen. Presidente del Partido Socialista Europeo

Más información

Archivado En

_
_