El secreto de los paraísos fiscales
El secreto bancario ha sido, junto a la estabilidad política, al alma de la prosperidad de unos cuantos países que han atraído el ahorro de las grandes fortunas en el mundo. Aunque el paradigma europeo es Suiza, no está muy alejado el comportamiento que tienen Austria, Bélgica o Luxemburgo, que bloquean una directiva europea que pretende forzar un tráfico regular de información entre las haciendas de los países de la Unión Europea, así como regular un reparto de las tasas fiscales cobradas al capital. Tras varios años de trabajosa andadura, la directiva del ahorro sigue bloqueada, y la presidencia española tiene el decidido empeño de sacarla adelante.
Ahora existe flujo informativo entre unos cuantos países, pero hay otros (Austria y Luxemburgo en la zona euro) que únicamente repatrían una parte de los tributos cobrados sobre los rendimientos del capital alojado en sus bancos, pero que ocultan su propiedad. Mientras exista competencia directa de Suiza, Andorra o Liechtenstein para acaparar el capital opaco que circula en Europa, difícilmente Austria o Luxemburgo retirarán su bloqueo. En todo caso, el sistema de información existente debe extenderse a las sociedades instrumentales que encubren las actitudes evasoras, como se ha demostrado en el caso descubierto por la hacienda alemana.