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Contratos por diferencias

Protegerse del incierto tipo de cambio con CFD

Este producto es ideal para cubrirse de los vaivenes del euro frente al dólar

Después de tres años desde que empezaron a comercializarse en España, los contratos por diferencias (CFD por sus siglas en inglés) se han convertido en un producto muy demandado, por lo que el mercado prevé para los próximos años un aumento en el número de operadores de este tipo de instrumentos. "La situación en España es comparable a la del mercado australiano en 2003", dice Miguel Freijo, director de ventas de IG Markets, una división de IG Group. "Aquí sólo ha costado 11 meses alcanzar el nivel de transacciones diarias frente a los 43 de Australia, lo que significa que el mercado español está creciendo cuatro veces más rápido que el australiano", explica.

El contrato por diferencias es un acuerdo donde se intercambia la diferencia en valor de un activo entre el momento de apertura y cierre del contrato. Esto permite beneficiarse tanto de los movimientos alcistas como bajistas del precio de los activos subyacentes sin necesidad de ser titular de los mismos. El subyacente puede ser una divisa, una materia prima o una cartera de acciones. En el caso de las divisas, el inversor siempre compra la primera moneda respecto a la segunda. Por ejemplo, si adquiere euro/dólar, estará comprando euros y vendiendo dólares. Los beneficios o pérdidas vienen siempre denominados en la segunda divisa. En este caso, si el cliente acierta en su inversión y el euro se aprecia frente al dólar, obtendrá plusvalías en dólares.

Toda transacción de CFD sobre divisas requiere una garantía del 1% del valor nominal del contrato. Volviendo al ejemplo anterior, si el inversor compra 100.000 euros denominados en dólares, el margen de garantía será de 1.000 euros. Cada punto básico que se mueva el tipo de cambio supone 10 dólares de beneficio o pérdida. De manera que si el inversor compra euro/dólar a 1,35 y el tipo de cambio sube a 1,36, habrá ganado 100 pipos y, por lo tanto, su beneficio será de 1.000 dólares.

Freijo precisa que este ejemplo es aplicable a cualquier pareja de divisas, aunque las más negociadas son euro/dólar, libra/dólar y euro/yen. Los CFD son muy útiles también para empresas europeas que exportan a Estados Unidos y necesitan protegerse de una subida del dólar frente al euro. En ese caso, la empresa replica la operación en divisas, vendiendo un contrato de euro/dólar por el mismo importe de la exportación. Suponiendo que vendiese 100.000 euros a EE UU y el tipo de cambio subiera un 1% en su contra, perdería 1.000 euros. Pero al estar cubierto por un CFD, ese mismo porcentaje que pierde por el tipo de cambio, lo recupera con este instrumento.

Las cifras

100.000 euros es el importe que cubre un contrato estándar en el caso de divisas.

1% del valor nominal del acuerdo es la garantía requerida por todo CFD.

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