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Columna
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El yuan da señales contradictorias

El gobernador del Banco Central de China ha dado señales claras de que podría permitirse una apreciación del yuan. Aunque los inversores no deberían entusiasmarse demasiado. Pekín parece que tiene todavía un largo camino ante sí para formarse una visión clara sobre la gestión de la moneda china.

Los comentarios de este fin de semana de Zhou Xiaochuan impulsaron ayer al yuan al nivel más alto de las últimas cinco semanas frente al dólar en los mercados de forwards. Eso a pesar de que el primer ministro, Wen Jiabao, dijo un día antes que la moneda se mantendrá estable en 2010.

China se cuida, por supuesto, de alimentar las expectativas de apreciación del yuan por temor a atraer dinero caliente. Sin embargo, los inversores deberían estar más atentos al primer ministro. El informe de trabajo del Gobierno, de hecho una declaración anual de intenciones, indica que la estabilización y el desarrollo de las exportaciones es la mayor prioridad este año. En el pasado, el informe trataba más sobre corregir desequilibrios comerciales. El aumento de la flexibilidad del tipo de cambio -una meta de 2008- no figura en el informe de este año.

El Banco Popular de China quiere que el yuan sea más flexible a largo plazo. Pero dentro del Gobierno no tiene la última palabra sobre la política del yuan. Esas decisiones se toman al nivel del Consejo de Estado, que tiene en cuenta también la necesidad de otros organismos gubernamentales como el Ministerio de Comercio, más preocupado con las exportaciones. De hecho, el ministro de comercio echó un jarro de agua fría sobre las declaraciones del gobernador del banco central cuando dijo que la reforma del yuan se efectuaría de manera gradual y controlada.

La mejor manera de interpretar las señales contradictorias es asumir que Pekín no ha establecido aún un consenso sobre el yuan. Eso en sí mismo sugiere que cualquier política de apreciación de la moneda queda todavía un poco lejos.

Incluso el gobernador no ha sido claro en establecer un calendario. Aseguró que la paridad de su moneda con el dólar durante el año pasado fue parte de la política especial para hacer frente la crisis, sin detallar lo que constituye una recuperación satisfactoria. Mientras tanto, el primer ministro Wen dijo que 2010 será el año más "complicado". Es difícil de creer que Pekín se apresurará a cambiar la política del yuan antes de que se aclare el panorama.

Por Wei Gu

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