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Columna
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Febrero sombrío en EE UU

Puede que ya haya pasado lo crudo del invierno para el empleo en EE UU, pero el panorama sigue sombrío. Es cierto que la disminución de 36.000 empleos no agrícolas fue probablemente debido a las fuertes tormentas de nieve en la Coste Este. Se crearon 48.000 empleos temporales, una buena señal de que se producirán nuevas contrataciones. Pero en general el horizonte laboral no es nada halagüeño.

Se preveía que el Apocalipsis de nieve, como se llamó en Washington, repercutiera negativamente en el empleo, por lo que las menores pérdidas de febrero han supuesto una relativa buena noticia. El trabajo en la construcción, que depende de la meteorología disminuyó en 60.000 personas -lo que significa que el empleo fuera del sector se incrementaba a duras penas-. Las cifras de diciembre y enero se revisaron al alza con 35.000 puestos netos de trabajo.

La característica más positiva del informe del viernes fue el aumento de los trabajos temporales, por lo general un indicador destacado de la recuperación del mercado de trabajo, ya que los empleadores que necesitan nueva mano de obra suelen recurrir a este tipo de contratos. Con los indicadores de producción positivos, es razonable anticipar una modesta vuelta a las contrataciones.

El informe también arroja indicadores que recuerdan el mal momento del mercado laboral. El desempleo a largo plazo permanece a niveles inusualmente altos, mientras que los trabajadores desanimados aumentaron más del doble que el máximo del ciclo anterior. Ese desánimo supondrá un retraso en la recuperación. El último pico se produjo en agosto de 2004, once meses después el empleo comenzó a disminuir. La tendencia puede que continúe por el momento, aumentando aún más los costes sociales y económicos de la reciente recesión.

Los niveles salariales también son descorazonadores. La media de los sueldos semanales se redujo 1,23 dólares, y ahora se encuentra un 1% por encima del nivel de hace un año. Con las nuevas contrataciones temporales, normalmente con retribuciones y beneficios más bajos que el empleo fijo, continuará la presión sobre los salarios -que podría desalentar a más trabajadores a buscar empleo-. Los préstamos a las empresas también están hundidos. Un elevado desempleo a largo plazo y una productividad cayendo trae un débil eco de la década de 1930. Un informe un poco menos negativo no es suficiente para tranquilizar.

Por Martin Hutchinson

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