Grecia paga los excesos acumulados en 10 años
El elevado endeudamiento y la economía sumergida anulan el avance económico.
Los taxistas y los propietarios de gasolineras en Grecia se han puesto en pie de guerra ante la exigencia planteada por el Ejecutivo, presionado por la Comisión Europea, de registrar en una factura todas las transacciones económicas que realizan para frenar el crecimiento sin precedentes de la economía sumergida. Esta supone cerca del 30% del PIB griego, uno de los más elevados de la Unión Europea, y es sólo un ejemplo que ilustra los profundos desequilibrios que ha ido acumulando en la última década y que finalmente han estallado ante la irrupción de la crisis financiera.
En los últimos 10 años, Grecia ha gastado mucho más de lo que ha ingresado, y eso ha provocado que no registrara superávit fiscal en ningún ejercicio y que su necesidad de endeudamiento creciera año a año. De hecho se ha mantenido estable entre el 90% y el 100% del PIB, lo que supone casi el doble de lo permitido por la UE. Esta tendencia a gastar más de lo que ingresaba le ha llevado a incumplir permanente el pacto de Estabilidad de la zona euro y ha obligado a los sucesivos gobiernos a aprobar planes de ajuste para devolver al déficit público al 3%. En 2004, el déficit llego al 7,5% del PIB, la Comisión Europea abrió un procedimiento por déficit excesivo y requirió información para establecer un plan de reordenación fiscal. En el informe enviado por Grecia, los técnicos comunitarios descubrieron que el Ejecutivo había falseado los datos del déficit correspondiente a 1997-1999 (declaró la mitad del registrado), lo que le hubiera impedido ingresar en la Unión Europea. La Comisión decidió no expulsarla del euro, pero a cambio le exigió un restrictivo plan de ajuste que propició que el déficit bajará del 3% en 2006. Es la única vez que lo consiguió en esa década, gracias en gran parte a la amenaza de sacarla de la zona euro, y nunca más ha vuelto a esa situación.
Otro gran desequilibrio se refiere a que el elevado crecimiento del PIB, a una tasa media del 4%, no se ha visto acompañada de un crecimiento de la ocupación. La tasa de paro se ha mantenido inamovible en torno al 10% de la población activa en los últimos 10 años por las fuertes rigideces en la contratación de trabajadores.
Los costes laborales en Grecia han crecido a una tasa media del 5,1% anual entre 2000 y 2008, lo que supone el crecimiento más elevado de la Unión Europea, tan sólo igualado por Irlanda.
Este incremento de los costes laborales ha frenado la creación de empleo y ha provocado una pérdida de competitividad frente a otros países que han atraído más inversión extranjera.
El peso del sector público llega al 8,5% del PIB
El elevado peso del sector público en el PIB de Grecia (un 8,5% del total) ha condicionado el desarrollo de una economía que ha permitido a cuentagotas la entrada de capital extranjero en las empresas nacionales, lo que ha ralentizado su capacidad de crecimiento.Otra característica de la economía griega es la profunda concentración de la economía en el sector servicios, en especial en el comercio, servicios, alimentación y transporte que representan más del 60% del PIB. Otros sectores, como turismo y construcción, que han crecido con fuerza en los últimos años como consecuencia de la ingente llegada de fondos europeos (Grecia recibirá 45.000 millones de euros entre 2000 y 2013) y por la celebración de los Juegos Olímpicos de Verano en Atenas en 2004, que movilizaron una inversión de 8.950 millones de euros y sirvieron como revulsivo para el inicio de un gran número de infraestructuras de transporte.