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José Ramón Fontán. Presidente del Cluster de Empresas Pesqueras en Países Terceros (CEPPT)

"Pedimos que la UE nos incluya en su normativa de pesca"

Las sociedades que representa quieren convencer a Bruselas de su inclusión en el ordenamiento jurídico de pesca comunitaria después de su exclusión en 2004. El cluster reclama una mayor facilidad para acceder a financiación y ayuda para las infraestructuras.

José Ramón Fontán (Buenos Aires) acaba de asumir la presidencia del Cluster de Empresas Pesqueras en Países Terceros, una entidad que agrupa a 220 sociedades con presencia en 30 países. Fontán quiere utilizar su mandato de un año para convencer a Bruselas de que incluya a las sociedades mixtas pesqueras en la norma jurídica comunitaria; aprovechando el semestre de presidencia de España en la UE. Una batalla que libran desde 2004 y que constituye una de las razones de la formación del cluster. La Comisión Europea rechaza su inclusión porque operan con legislación extranjera. Estas empresas abastecen el 5% de la demanda de la UE. Entre ellas está una de las mayores, Pescanova.

¿Qué dificultad afrontan las sociedades mixtas?

España como país pesquero tuvo que buscar nuevos horizontes ante la reducción de la capacidad de explotación de sus zonas pesqueras. Primero lo hicimos con bandera española y en línea con los acuerdos bilaterales que había hasta el año 85 entre el reino de España y los países terceros, específicamente en el Atlántico africano y suramericano. Posteriormente, adoptamos otra fórmula: crear sociedades mixtas. Pero los países terceros aspiraban a que la actividad que se realizaba en sus aguas les perteneciera un poco más: generara empleo, actividad local y adoptara su legislación. Una realidad que Europa se resiste a reconocer desde el punto de vista jurídico. Somos sociedades europeas en países terceros, desde el punto de vista económico, tecnológico y profesional, pero con legislación extranjera.

¿Se ha producido algún avance?

A través del cluster, como interlocutor único, intentamos convencer a la Unión Europea de que primero, nos incluyan en los programas que legislan la pesca comunitaria, de los que nos excluyeron de forma sorprendente en 2004. Segundo, que se nos reconozca el componente europeo, pese a ser un caso diferente y aún cuando implique una modificación de la norma.

¿Por qué se produjo la exclusión?

Antes de 2004, las instituciones, órganos de representación y asesores del Gobierno Europeo se componían de representantes de cada sector productivo. Pero, a partir de esa fecha surgen delegados de pesca deportiva, organización de mujeres, ONG de todo tipo… Aflora lo que se llama sectores interesados y los gobernantes de la UE consideran que deben integrarse en los órganos de representación de la pesca. Además, deciden que no aceptarán ninguna recomendación de esos órganos asesores salvo que venga consensuada. O sea, tienen que ponerse de acuerdo el lobo con las ovejas, con el pastor y con el cura.

¿Dónde operan y cuál es el volumen de producción?

Aglutinamos 220 empresas, con presencia en 30 países. Hablamos del Océano Atlántico, Pacífico, Índico, Ártico y Antártico. Representamos el 5% de todo el pescado que consume la UE. Capturamos 400.000 toneladas al año y empleamos a 17.000 trabajadores.

¿Hay países pendientes del reconocimiento de Bruselas y cómo lo consiguen?

Estamos en trámites con Senegal, Mauritania, Guinea Bissau, Angola y Mozambique. Esto se resuelve, por ejemplo, con la creación de laboratorios especializados en el análisis sanitario que satisfagan las exigencias europeas. Una labor que ha contado con el apoyo de la Administración española, mediante programas de cooperación.

¿Qué otros problemas tienen?

Estamos alargando la vida útil de las flotas (450 barcos de hasta 120 metros de tipo industrial) por la crisis. Las exigencias bancarias nos impiden acceder a financiación y esto ha disminuido la productividad.

¿Bruselas quiere que ustedes asuman la inversión en infraestructuras?

La falta de infraestructuras en los países de destino son limitadas o inexistentes. Consideramos excesivo que el empresario comunitario que invierte en estos países se vea obligado a construir el muelle, la carretera y la guardería infantil donde van los chiquillos de las señoras que trabajan en las fábricas. Hemos tratado de que Bruselas convenza a los países de África, Caribe y el Pacífico de que destinen una parte del presupuesto que les da la UE para la pesca. Ha sido imposible. Su prioridad es salud y educación. Es muy injusto porque las empresas generan empleo, servicios e industrias. Las infraestructuras deberían asumirlas las Administraciones públicas.

"Europa no apoya el desarrollo de la pesca"

Las empresas pesqueras mixtas sienten que la Unión Europea "no apoya el desarrollo del sector". Critican las ayudas que ofrece a otras actividades que consideran excedentarias como la agrícola y ganadera. "Europa produce muchísimo más leche de la que necesita para su consumo. Los excedentes lo subvencionan.¿Por qué? Hay una serie de productores que votan y hay que tenerlos contentos", denuncia el presidente del cluster José Ramón Fontán. En el caso de la pesca, dice, sucede al revés. "La UE demanda el doble de lo que produce. Sin embargo, no apoya el desarrollo de la producción pesquera ni las inversiones europeas en aguas extranjeras". El cluster rechaza la visión limitada que a su juicio tiene Bruselas sobre la actividad. "La Comisión centra el desarrollo pesquero en aguas comunitarias. Tiene muy poca visión de lo que ocurre fuera de sus fronteras". El colectivo se queja, además, de la "excesiva rigidez" del reglamento para los transbordos del pescado capturado.Pese a todo, Fontán asegura que las sociedades mixtas se empeñan en cumplir con las normas comunitarias. Un ejemplo que cita es el programa de formación que se desarrolla en Ecuador, Perú y Senegal, y que quieren extender a Marruecos y Mauritania; con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación y el Ministerio de Medio Ambiente. La UE reclama que los trabajadores de los buques estén titulados. "Las sociedades mixtas tienen un papel importante. Damos formación a los ciudadanos, generamos riqueza y fijamos población en origen, impidiendo así la inmigración", sostiene.

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