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Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Bienvenido Mr. Emprendedor

La reforma de la ley de la emigración, como tantas otras iniciativas legislativas, sigue en el limbo. La crisis económica está, simplemente, complicando aún más la vida a quienes han cruzado sin papeles las fronteras y aspiraban a un trabajo en algún sector que no demande mano de obra especializada. Muchos han vuelto a sus países por la falta de trabajo.

No obstante, hay otros emigrantes que siguen pensando que para los emprendedores y las grandes ideas, EE UU sigue siendo la tierra de las grandes oportunidades. Los que así piensan tienen aliados en Washington que quieren facilitarles la vida para que se instalen y creen empresas y empleos.

Dos senadores, el demócrata John Kerry y el republicano Richard Luger, presentaron la semana pasada una iniciativa que se conoce como la Startup Visa Act (que podría traducirse como ley para visados de emprendedores). La idea es permitir que los empresarios inmigrantes que estén creando nuevas compañías y quieran hacerlo en EE UU puedan asegurarse sin problemas un visado.

No es algo totalmente nuevo. Desde 1990 existen las llamadas visas EB-5, pero se conceden sólo si estos empresarios extranjeros pueden conseguir un millón de dólares para invertir (o medio millón en algunas zonas del país) y crean 10 empleos en dos años. El visado que se quiere crear con la nueva iniciativa impone condiciones menos duras con la idea de que se animen a desembarcar en el país más emprendedores. Para ello sólo necesitarían el patrocinio de 100.000 dólares por parte de un angel investor o un apoyo con 250.000 dólares por parte del capital riesgo.

En dos años, la nueva empresa tendría que haber sido capaz de captar un millón de dólares, como mínimo, o generar esa misma cantidad en ingresos además de haber creado cinco puestos de trabajo.

Muchos nombres de la industria del capital riesgo están apoyando que esta legislación salga adelante y no dejan de recordar que hay empresas como Yahoo, Google, Dupont, Ebay o Procter & Gamble que en su inicio fueron pequeñas compañías fundadas o cofundadas por extranjeros. Pfizer fue fundada por el químico alemán Charles Pfizer y su primo Charles Erhart, que en 1849 -tras desembarcar en EE UU buscando oportunidades-, montaron su primera planta en Brooklyn con la ayuda del padre de Pfizer, que les dio 2.500 dólares para tal aventura.

La concesión de visados EB-5 (para el emprendedor y su familia más cercana) ha ido mejorando con el tiempo y, de hecho, se ha disparado su uso en estos años. En 2009 se multiplicaron casi por tres. En buena medida porque se multiplicaron las posibilidades de inversión en centros regionales en los que la inversión mínima es de medio millón y porque muchos nacionales de China y Corea del Sur (los que más aprovechan esta puerta de entrada), la han solicitado para evitar esperar durante años otro tipo de visa para los que hay cuotas.

La ley de la bienvenida por la puerta grande al Mr. Emprendedor tiene aún que ser aprobada. La Cámara de Representantes ya incluyó una iniciativa similar en su propuesta de reforma de la emigración, que está parada. Tal y como están las cosas, si en el Senado se animan con los trámites, es poco previsible que la propuesta encuentre oposición.

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