Goldman y las sombras griegas
La tormenta desatada por la economía griega y sus trampas estadísticas representa la guinda europea a la crisis más grave de nuestras vidas. Bruselas ha tenido que empezar a hacer funciones de vigilancia en Grecia y abre la inédita posibilidad de auditar las cuentas de los Estados para evitar más engaños.
En el caso griego, que sin venir a cuento llegó a impactar negativamente en la economía española, aparecen un buen número de sombras a despejar. Y la más alargada empieza a ser la de Goldman Sachs. El banco de negocios estadounidense, que gracias a las ayudas públicas ha salido fortalecido de la crisis internacional, ayudó activamente a Grecia a modificar su balance mediante derivados para que el país cumpliera los criterios de entrada en el euro. De esta forma, Grecia ocultó miles de millones de deuda pública al tiempo que Goldman obtenía beneficios. El banco dice que no hizo nada ilegal y que los derivados utilizados "están en conformidad con las reglas y procedimientos admitidos". Pero la Reserva Federal y la SEC estadounidenses han empezado a investigar los acuerdos de Goldman, y de otras entidades, con Grecia, y cómo se han usado esos derivados. El maquillaje está bien en el teatro griego, no en las cuentas del país. Es deseable que la investigación que ayer anunció Ben Bernanke llegue a sus últimas consecuencias.