El comité de EE UU, en vía muerta
Barack Obama podría tropezarse con tres peldaños en el camino de la crisis financiera: admitir que la nación está peligrosamente endeudada, crear un comité de alto nivel para encontrar una solución, y que ese comité fracase. La posterior confusión en el mercado podría forzar una severa corrección de los males fiscales de América. Un trabajo apresurado, sin embargo, sería una mala manera de resolver los problemas financieros del país a largo plazo.
Un grupo a principios de los 80 liderado por Alan Greenspan ya recomendó polémicos cambios en la financiación de la Seguridad Social que el Gobierno puso en marcha. Otra comisión federal aprobó cierres regulares de instalaciones militares. La esperanza es que la comisión de Obama, formada por republicanos y demócratas, acuerden un programa de recortes de gastos e incrementos de impuestos que el Congreso pueda aprobar.
El esfuerzo de Greenspan tuvo éxito gracias a que el presidente republicano Ronald Reagan y el portavoz demócrata de la Casa Blanca Tip O'Neill llegaron a su propio acuerdo y dejaron a la comisión se atribuyese el mérito. No está claro que Obama tenga una pareja semejante con la voluntad y el poder de negociación necesarios.
Entonces el programa de jubilaciones estaba al borde de ir a la quiebra, dando un sentido de urgencia a la misión del comité. En este sentido, se podría discutir que el fracaso total de la comisión podría ser su mejor manera de forzar el cambio. Los republicanos no están con ánimo de considerar incrementos de impuestos. Y mientras que los demócratas estaban de acuerdo en contener el gasto médico durante el proceso de reforma del sistema sanitario, el dinero fue en su mayor parte usado para ampliar la cobertura, no para reducir el déficit.
La víctima inmediata de fracaso serían los mercados. Recordemos, la primera votación de la Cámara en contra del rescate bancario por 700.000 millones en 2008. El Dow Jones cayó 777 puntos en un instante. El proyecto fue aprobado una semana más tarde, cuando cundió el pánico en el Capitolio. El fracaso de la comisión enviaría un terrible mensaje a los inversores de todo el mundo que han seguido comprando billones en bonos del Tesoro. Una imprudente corrección del presupuesto sin una reforma estructural del sistema de seguridad social estadounidense no sería una solución en absoluto.
James Pethokoukis