El INE hará el nuevo censo de población con un 90% menos de personal
Cómo contar a la población sin llamar a todas las puertas. Con esa máxima y con la certeza de que no hay un gran presupuesto, el INE prepara ya la estadística más complicada de cuantas elabora: el Censo de Población de 2011. Este organismo se ha decantado por utilizar un sistema mixto basado en registros y muestreos que requerirá de sólo 5.000 agentes, casi un 90% menos que los empleados en la encuesta anterior.
La elaboración del nuevo censo de población va a poner a prueba hasta qué punto la administración pública tiene buena información sobre la población registrada. Eso es, al menos, lo que se desprende de la nueva metodología de trabajo que está poniendo en marcha el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y es que los responsables del proyecto defienden que aunque el censo 2011 se realizará sin tener que llamar a todas las puertas, su calidad será equivalente a la de un censo clásico. Es más, la incorporación de elementos nuevos, como la completa georreferenciación de los edificios, la posibilidad de recoger por Internet los datos de los hogares seleccionados y el cruce de información con otros organismos serán los ejes de calidad sobre los que se va a construir el primer censo basado en registros y encuestas por muestreo.
"El primer paso de toda la operativa que estamos organizando lo constituye el fichero precensal", asegura a CincoDías Antonio Argüeso, subdirector general de Estadísticas Sociodemográficas del INE.
La base será la información del Padrón Municipal, que se cruzará con los grandes registros administrativos, tales como la Agencia Tributaria, el registro del DNI, la Seguridad Social y el Catastro, entre otros, para recabar los datos relativos a personas, edificios y viviendas. En un mundo ideal, en el que todos los ciudadanos residentes en España estuvieran correctamente inscritos en alguno de esos grandes registros, el resultado de cruzar sus datos sería suficiente para obtener la cifra de población, "pero es de esperar que nos encontremos con un número no despreciable de individuos que figuren en el padrón, y para los que, sin embargo, sea imposible obtener información del resto de ficheros como para incorporarlos al recuento final", argumenta Argüeso. De hecho, hay países, como Holanda o los nórdicos, que se quedan ahí. España ha preferido seguir el ejemplo de Alemania o Suiza que a este cotejo de datos le suma la encuesta por muestreo. Así, el siguiente paso servirá, precisamente, para depurar las aparentes discrepancias que revelará el cruce de información. "Nuestra labor es obtener una cifra de población que en ningún caso corregirá al padrón. Nosotros no le vamos a decir a los ayuntamientos que sus datos están mal. No queremos conflictos con ellos. El estudio tendrá fines exclusivamente estadísticos", añaden desde el INE.
Todo lo relativo al fichero precensal será elaborado por el personal del INE. En otoño de 2011, al iniciar el trabajo de campo, será cuando se proceda a contratar a unos 5.000 agentes, casi un 90% menos que en el censo anterior, en 2001, cuando se llegó a contar con 42.000 encuestadores. Lo primero, entonces, será realizar un exhaustivo censo de edificios, del que se extraerá la muestra de las viviendas que finalmente visitarán los agentes para realizar la encuesta. "El proyecto es muy ambicioso, ya que prevé llegar al 10% de la población, por lo que la calidad de la información recopilada será indudable. Es el primer paso para modernizar la información demográfica", explica Argüeso.
Las enseñanzas que dejó la experiencia de 2010
Existe cierto malestar en el INE cuando se vincula el cambio de metodología para elaborar el nuevo censo de población, al que buscan ya otro nombre, con el recorte presupuestario; pero las cifras hablan por sí solas. El censo de 2001 (estos estudios se realizan cada 10 años) costó 240 millones, ya que requirió la contratación de 42.000 personas. "Pese a ello, hubo un 8% de viviendas a las que no se llegó, lo cual demuestra que no por disponer de más medios humanos, la calidad del trabajo es siempre mejor". Hoy, organizar un operativo como aquél costaría 400 millones, según las fuentes consultadas; y el presupuesto disponible no debe superar los 180 millones. Los trabajadores del INE enviaron una carta al presidente de la entidad y a José Luis Rodríguez Zapatero mostrando su preocupación por la drástica reducción de las contrataciones.Sin embargo, sus peticiones han caído en saco roto. Los expertos defienden que las nuevas tecnologías permiten reducir la carga de trabajo y mejorar la relación costeeficacia. "Siempre ha sido difícil contar a las personas. Aún hoy, hay países que hacen el censo en un día. Decretan el toque de queda, los ciudadanos no salen de sus casas y proceden entonces a contarlos", recuerdan en el INE.