Cómo hacer negocio en mercados desfavorecidos
Esade y Harvard apuestan por las microfinanzas en Iberoamérica.
No hay desarrollo posible sin finanzas. A esta conclusión se llegó en la jornada sobre Mercado, pobreza y negocios inclusivos en Iberoamérica, organizada por el Instituto de Innovación Social de Esade y la red iberoamericana SEKN, que lidera Harvard Business School. Precisamente, Michael Chu, profesor de Harvard Business School, uno de los introductores de las microfinanzas comerciales en Iberoamérica, afirma que para hacer efectiva la intervención en países pobres "es necesario reunir un alcance masivo y crear un modelo financiero eficaz, que pase, principalmente, por ser más barato". Algo que, en su opinión, no pueden garantizar ni las ONG, ni las organizaciones cooperativas, ni el sector público. En este sentido, Chu afirma que "la mejor manera de servir a los pobres es creando una industria muy rentable". Este docente se mostró preocupado por ciertos abusos que realizan algunas multinacionales cuando se implantan en países de bajos recursos. En esta línea, defiende que "la única garantía para que el beneficio no se quede en manos de inversores es la competencia, ya que ésta asegura que los precios bajen y que los créditos se ajusten mejor a los sectores de bajos ingresos".
Por su parte, Manuel Méndez, presidente de la Fundación de Microfinanzas de BBVA, apuesta por mantener el compromiso social y el crecimiento económico como condiciones necesarias para que las microfinanzas puedan cumplir adecuadamente su misión social. Para ello, sostiene que el sector debe ampliar "drásticamente" su alcance y lograr ritmos de crecimiento "muy superiores" a los actuales. Agrega además que "es imprescindible, por tanto, que el sector consiga la escala, el alcance y la eficiencia operativa necesarias para lograr costes unitarios bajos y poder facilitar productos y servicios accesibles para la mayoría de la gente pobre".
En cuanto a la responsabilidad social corporativa de las empresas en estos mercados, los ponentes debatieron sobre si el papel de las multinacionales españolas en Iberoamérica es de nuevos conquistadores o realmente crean valor económico y social. En opinión de Esther Trujillo, vicepresidenta del gabinete institucional y de diplomacia corporativa de Sol Meliá, hay que huir de la estandarización y apostar por los mercados locales, por extraer y valorar todos aquellos recursos de los que se disponen. "Existe el problema de que la pobreza de un país está causada precisamente por la ausencia de una tradición empresarial", señala Trujillo, quien agrega que "las empresas españolas no disponen de una mochila reputacional, pero vamos en la dirección adecuada".
Para Antonio Ballabriga, director de responsabilidad corporativa de BBVA, las industrias están trabajando para fomentar la autorregulación aunque "aún hay bastante camino por recorrer en lo referente a transparencia", añade. Igualmente, afirma que "algunas compañías hemos pecado de tener una visión cortoplacista en la expansión internacional". Es optimista y sostiene que la crisis puede servir para crear un marco regulatorio más adecuado y para tener un desarrollo financiero sostenible.
El modelo del nuevo conquistador
Para el director general de Greenpeace, Juan López de Uralde, el papel de las empresas españolas en América Latina es sustancialmente mejorable. Y critica la actuación de algunas empresas presentes en esta zona. Afirma que "la realidad sobre terreno es que, por ejemplo, se están construyendo plantas de carbono cuando, al mismo tiempo, se habla de cambio climático". En este sentido, asegura que el hecho de no aplicar los mismos estándares en Europa que en Iberoamérica ha supuesto la aparición de un modelo de "nuevo conquistador", esto significa multinacionales que, a su entender, "están acelerando la destrucción ecológica en estos países en pro de sus propios intereses".