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Duelo en la biblioteca

Van Rompuy y Barroso. Barroso y Van Rompuy, libran hoy en la biblioteca Solvay de Bruselas el primer asalto de un combate incruento (aunque nunca se sabe) por hacerse con el liderazgo de la Unión Europea.

Lo hacen en la primera cumbre europea bajo el nuevo Tratado de Lisboa. Y aunque la cita está dominada por la posible respuesta de Europa a la debacle presupuestaria de Grecia, también servirá para empezar a clarificar el confuso liderazgo del club con la nueva estructura creada por el Tratado que entró en vigor el pasado 1 de diciembre.

A favor del portugués juega su experiencia al frente de la Comisión Europea. Un lustro durante el que ha asistido a numerosas cumbres de presidentes de gobierno como la que se celebra hoy en Bruselas.

Para el exprimer ministro belga, en cambio, apenas es la quinta vez que se sienta en una cita de ese calibre. Y es la primera que lo hace con plenos poderes como nuevo presidente del Consejo Europeo.

Pero a pesar de esas diferencias, la batalla no está decidida.

Herman Van Rompuy se hizo el año pasado con el puesto recién creado por el Tratado de Lisboa gracias al significativo apoyo de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Con dos padrinos de esa envergadura, ningún duelo está decidido de antemano. Y Van Rompuy ha preparado la cita de hoy con el expreso objetivo de demostrar su liderazgo. Ha cambiado el guión (sin detallados documentos previos), las "alineaciones" (los presidentes de gobierno estarán prácticamente solos) y hasta el escenario. En lugar de la mastodóntica sede del Consejo Europeo se reunirán en la íntima biblioteca Solvay, un edificio que evoca, además, al empresariado de rostro humano que en el siglo XIX contribuyó al desarrollo económico de Bélgica y de Europa.

Barroso, en cambio, representa, a pesar de ser más joven, a la Europa archivada. A la Europa de Chirac, Aznar o Tony Blair, que fue quien le abrió el camino hacia Bruselas en 2004. Su reelección al frente del organismo comunitario, de hecho, no ha sido tan fácil como cabía esperar dada su pertenencia al Partido Popular europeo, ganador de las elecciones europeas de junio de 2009.

Los dos políticos, por tanto, tienen factores que juegan a favor y en contra de su liderazgo. Si tuviera que hacer ahora mismo una apuesta sobre quien se convertirá en la "cara" de la Unión Europea diría que José Manuel Barroso, porque dispone de poderes ejecutivos que se ejercen cada día y cuenta con más de 20.000 funcionarios "a su servicio".

Pero conviene no minusvalorar el potencial de la nueva figura de Presidente del Consejo. Sarkozy demostró durante su presidencia semestral del Consejo que ante un político con dominio de la proyección mediática no hay presidente de la Comisión que resista.

Foto: José Manuel Barroso y Herman Van Rompuy (archivo de la CE, 2009).

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