El desempleo cuesta 31.500 millones al Estado
El desempleo no sólo supone un drama para muchas familias, sino que, además, implica un enorme coste para el Estado, cuyo déficit cerró el año en el 11,4% del PIB, muy por encima de las previsiones. Este desvío se explica, entre otras razones, por el ritmo frenético con que la economía española ha destruido empleos.
En 2009, el Estado destinó 31.462 millones de euros en cubrir las prestaciones por desempleo, cuando el Gobierno había presupuestado inicialmente 19.000 millones. Es decir, el error de cálculo equivale a 12.700 millones de euros -el doble de lo que costó la rebaja de 400 euros en el IRPF-. Ese desembolso no previsto -junto con la caída de la recaudación- explica que los números rojos del Estado alcancen un nivel nunca visto en la historia reciente de España.
Al cierre del año, tres millones de españoles tenían derecho a una prestación por desempleo, un 31% más que el año anterior y un 97% más que en 2007. Entre la población extranjera, la evolución del número de beneficiarios de prestaciones por desempleo ha superado la media. Sin embargo, los trabajadores foráneos con derecho a prestaciones contributivas se redujo respecto a 2008. Y el número de extranjeros que cobran un subsidio se disparó un 253,5% en 2009. Estos datos indican que los trabajadores extranjeros fueron los primeros en quedarse en paro y la mayor parte ya han consumido su paro y, ahora, sobreviven con el subsidio.
El gasto medio por beneficiario se situó en diciembre en 940,88 euros, un 9% por debajo de un año atrás.