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Debilitado políticamente por la crisis

Obama priorizará la creación de empleo y la reducción del déficit

El debate sobre el estado de la nación se centra en ayudas públicas

Debilitado políticamente por los efectos que una larga crisis están teniendo en la ciudadanía y por un Congreso polarizado en el que se encallan sus propuestas, Barack Obama pronunció anoche el discurso anual sobre el Estado de la Unión, una alocución con la que el presidente da a conocer la agenda de sus prioridades para el año.

Al cierre de esta edición el discurso final no era aún público pero las filtraciones apuntaban a que la prioridad de Obama pasa por asegurar a los estadounidenses que protegerá a la clase media, que sus políticas están encaminadas a crear empleo y que se van a cuidar las cuentas públicas para reducir el agujero de la deuda y el déficit.

La cuadratura del círculo en un momento en el que el país empieza a registrar un tímido crecimiento económico pero se sigue destruyendo empleo, aunque mucho menor ritmo que hace un año.

Por lo que se refiere a ayudar a las familias de rentas medias, Obama ya presentó un programa para ayudar con descuentos fiscales para familias y estudiantes. A las empresas les va a permitir hacer uso durante un año más de un incentivo fiscal temporal que permite a acelerar amortizaciones de compras de bienes de equipo. Esta ayuda fiscal, que puede llegar a suponer 38.000 millones de dólares (unos 27.057 millones de euros) estaba contenida en el paquete de estímulo aprobado el pasado febrero pero finalizó en diciembre. Es una ayuda que también se incluyó en las rebajas fiscales temporales que hizo George Bush en 2003.

En cuanto al déficit presupuestario , el presidente va a crear, mediante orden ejecutiva, una comisión bipartidista que recomiende medidas para rebajar el déficit presupuestario y limitar el crecimiento de la deuda nacional o rebajarla. Obama quería que esta comisión hubiera sido iniciativa del Congreso y que sus decisiones hubiesen sido vinculantes (él no puede forzar que lo sean) pero el martes el pleno del Senado derrotó una propuesta para crearla.

Legislativo polarizado

Obama se fijó el año pasado una agenda ambiciosa que pasaba por tener aprobada, a estas alturas, la reforma del disfuncional sistema sanitario y tener muy avanzada o acabada la reforma financiera. Nada de eso ha ocurrido y su posición política es tan débil en el legislativo que hasta el nombramiento del presidente de la Reserva Federal se ha convertido en una piedra en el camino. Se cuenta con que el jueves o el viernes se apruebe, por fin, el segundo mandato de Ben Bernanke al frente de la institución.

La agenda de este año pierde ambición y no se propondrán grandes cambios. No obstante, se tratará de fijar una acción centrada en la salida de la crisis económica.

La cifra

27.057 millones de euros es la actual ayuda fiscal para que familias y empresas sorteen la crisis económica.

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