Zinsa busca inversores para tratar de saldar sus deudas
Zinsa buscan inversores para tratar de saldar las deudas que mantiene con acreedores y trabajadores. La empresa dejó de cotizar ayer a petición propia para "proteger" a sus accionistas.
El culebrón de Española del Zinc (Zinsa) vivió ayer un nuevo capítulo en lo que ya son los últimos momentos de la empresa. Momentos agitados y "comprometidos", según admitieron en fuentes de la compañía.
Zinsa dejó de cotizar en Bolsa antes de la apertura del mercado después de que su consejo de administración se lo pidiera a la CNMV, "por un periodo máximo de seis meses" y como medida de "protección" de sus inversores "ante la incertidumbre actual sobre el futuro de la compañía".
Atender sus obligaciones
"Esta decisión se ha tomado para iniciar un proceso que permita responder a nuestras obligaciones con accionistas, acreedores y trabajadores sin sobresaltos en Bolsa", explicaron las fuentes citadas.
Estas "obligaciones" son el pago de las deudas acumuladas que ascienden, al menos, a 23 millones de euros: unos 20 millones reconocidos en el proceso concursal en el que entró la empresa hace cinco años y otros tres millones de impagos a los trabajadores, correspondientes al complemento que Zinsa debía desembolsar durante el ERE que se aplicó en 2009.
Para ello, los responsables de la empresa tratan de buscar socios que les permitan hacer frente a sus deudas. "Esa es ahora su tarea principal", añadieron.
Porque la empresa ya no tiene actividad ni la va a tener después de que el plan de viabilidad que se diseñó para permitirle salir de su situación concursal haya fracasado. El plan tenía como base la venta de los terrenos en los que se asentaba la fábrica de la empresa, en Torreciega (Cartagena), y su recalificación para construir viviendas.
El dinero obtenido con la operación, más una ampliación de capital prevista de 17,5 millones, permitiría saldar el grueso de las deudas y reubicar la factoría en un terreno cedido por la empresa pública Sepes (en Los Camachos), reiniciando su actividad productiva tradicional junto a un nuevo proyecto para fabricar placas solares.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Cartagena no aprobó la recalificación antes de que acabara 2009, lo que ha llevado a que el proyecto no salga adelante y a que Trabajo haya dado por extinguidos los contratos de toda la plantilla (239 trabajadores). Es decir, que a día de hoy, el único activo que tiene la empresa es el solar de Torreciega. Al no poder completar su venta, los fondos propios negativos de la empresa son de, al menos, 108 millones de euros.
El ex consejero delegado dimite
Además de dejar de cotizar en Bolsa, Zinsa comunicó ayer cambios en su consejo de administración. Por un lado, el hasta ahora consejero delegado, Manuel Jesús Pérez, deja la empresa tras presentar su dimisión.Por otro, se incorporan como consejeros el máximo accionista de Zinsa, el empresario vigués José Alberto Barreras; el anterior secretario del consejo, Juan Antonio Acedo; y Teófilo Vergara, hombre vinculado desde hace años a la empresa, que representará a Cartera Meridional (sociedad que controla Barreras).Según comunicó Zinsa a la CNMV, Manuel Jesús Pérez dimitió la semana pasada alegando su "impotencia" para sacar adelante el proyecto "único" que técnicos y directores de la sociedad habían diseñado para garantizar la viabilidad de la compañía. En este sentido, acusó a "políticos, administraciones y trabajadores" de "convertir en estéril" , con su actitud lo que, a su juicio, era un trabajo fecundo. "Ante este escenario, presento mi dimisión irrevocable de consejero de Española del Zinc, con la esperanza de que mi marcha desbloquee la situación", concluye la misiva.