Sacyr y La Caixa pactarán el relevo de Brufau como presidente de Repsol
El relevo de Antonio Brufau en Repsol es ya un secreto a voces. El primer accionista, Sacyr, está buscando un sustituto y el segundo, La Caixa, aunque no va a dar ningún paso, "tampoco dará la batalla" en contra de la sucesión, según fuentes solventes. Eso sí, el nombramiento, que se podría producir antes de la junta ordinaria que podría celebrarse en abril, será consensuado.
Tras la batalla abierta por el dividendo de Repsol que el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, mantuvo el pasado mes de noviembre, una cierta calma chicha se instaló en la petrolera. Sin embargo, poco antes de Navidad el rumor del relevo de Antonio Brufau en la presidencia comenzó a circular en altas instancias y ha ido tomando cuerpo en los últimos días. Las partes ya no lo niegan.
Sacyr, primer accionista de Repsol, con el 20% del capital, habría convencido a La Caixa, con un 12,7%, de la necesidad de un cambio en la gestión de la compañía, que le permitiría el asalto al poder que viene paladeando desde su desembarco en la petrolera en octubre de 2006. En estos momentos, Sacyr cuenta con una vicepresidencia en el consejo de Repsol, que ocupa el propio Del Rivero, y dos vocales, Juan Abelló y José Manuel Loureda.
En principio, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, no se negó a que Sacyr buscara un sustituto, al que la entidad tendría que dar el visto bueno. Fuentes solventes aseguran que, aunque La Caixa "no dará el primer paso para el relevo, tampoco dará la batalla en contra", en el buen entender de que el primer accionista está en su derecho a proponer a un presidente. De hecho, recuerdan, Antonio Brufau fue nombrado por La Caixa, cuando ésta era el principal accionista. En todo caso, la entidad no vetará al candidato de Sacyr siempre que considere que éste es adecuado para el cargo.
Las condiciones que la caja impone a su socio es que el sustituto sea alguien que conozca bien el sector energético y la propia compañía, y que tenga prestigio en el mundo del petróleo. En cualquier caso, se barajan dos opciones: o que se mantenga el modelo actual con un presidente ejecutivo o que se desdoble elmando con un presidente no ejecutivo y un consejero delegado, que debería reunir dicho perfil. En lo que sí coinciden distintas fuentes consultadas es que La Caixa no parece dispuesta a aceptar ni a Luis del Rivero ni a ningún otro ejecutivo de Sacyr. Sin embargo, la constructora no ha renunciado aún a proponer a su propio presidente o a algún ejecutivo de la casa, como Salvador Font, director general de Energía de Sacyr y consejero de YPF. Así lo aseguran fuentes próximas a la misma, quienes aclaran que, con esta operación, lo único que pretende es hacer valer su 20%. Especialmente ante sus bancos acreedores.
La constructoramantiene una deuda de 5.039 millones con un consorcio de 48 bancos, encabezado por Santander, Citi, Calyon y Caja Madrid, por la compra del 20% de Repsol. El crédito vence a finales de 2011 y sus intereses (4,6%) se pagan cada seis meses con el dividendo, recientemente recortado, de la petrolera.
Acambio, más fortaleza de la caja en Gas Natural
Las presiones del presidente de Sacyr para la destitución de Antonio Brufau, alegando una mala gestión al frente de la petrolera, se intensificaron a finales del año pasado, incluso en ámbitos políticos. Finalmente, el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, aceptó que el grupo constructor buscase a un candidato ("nunca la caja", dejan claro fuentes próximas) y después, con los elegidos encima de la mesa, ya se hablaría.Sin embargo, el sacrificio de Brufau no resultaría ni inútil ni gratuito. De hecho, según ha podido saber CincoDías, a cambio de la operación relevo, la entidad saldría reforzada en Gas Natural, filial de La Caixa, con un 34%, y de la propia Repsol, con un 30%. Ambos socios mantienen desde hace años un pacto parasocial para repartirse los órganos de Gobierno. El refuerzo podría ser societario, de poder y, con toda probabilidad, del negocio. En este caso, Gas Natural se quedaría con la sociedad que comparten en el área de upstream (exploración de gas y petróleo) desde hace cuatro años. La Caixa ya intentó proteger a Gas Natural cuando en 2008 intentó vender su participación en Repsol junto con la de Sacyr a la rusa Lukoil. En aquella operación frustrada, la gasística quedaba al margen de la venta.Una posibilidad que se baraja es que Brufau pase a la presidencia de Gas Natural, cargo que ocupaba en 2004 cuando fue nombrado presidente de Repsol. La compañía, sin embargo, ya no es la misma que dejó entonces, pues el año pasado logró cerrar su ansiada fusión con una eléctrica, concretamente con Unión Fenosa.En cualquier caso, fuentes del accionariado, aseguran que Antonio Brufau se mantendría en el ámbito de La Caixa y que no plantearía ninguna resistencia a su relevo.
Un recambio con la excusa de mejorar la gestión
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha recibido duras críticas del principal accionista, Sacyr, sobre su gestión al frente de la petrolera, especialmente, por las fuertes inversiones que está realizando en el área de exploración y que tienen un largo periodo de retorno. Sin embargo, a la vista de los debates en los consejos de Repsol, el concepto que la constructora tiene de una buena gestión no parece coincidir con la de expertos financieros y energéticos. Así, Sacyr aspira a frenar dichas inversiones (que han permitido una revalorización de la cotización de la petrolera del 33% en 2009), buscar un socio para compartirlas y vender activos malos, como la filial argentina YPF (una adquisición con transcendencia política que, por cierto, no fue obra de Brufau).Dadas las dificultades financieras de la constructora, que a finales de 2008 intentó vender su participación a Lukoil, la gestión que se reserva para la petrolera "parece dirigida a resolver dichos problemas", según fuentes empresariales. En definitiva, añaden, "lo que Sacyr entiende por mala gestión es la resistencia de Brufau a vender activos para hacer caja". De hecho, la batalla por el relevo se desencadenó tras la decisión del consejo de reducir el dividendo un 19%.Una estrategia que no parece gustar tampoco al Gobierno, que, según fuentes solventes, está al tanto de los detalles de la operación.