La recesión frena la expansión de la mujer emprendedora
La tasa de compañías lanzadas por nuevas empresarias se ha reducido drásticamente en 2009. Es el aviso que lanza IE Business School.
Volvemos atrás. La crisis ha afectado muy fuertemente a la actividad emprendedora femenina. Ha hecho mucho daño", explica Alicia Coduras, directora técnica del informe sobre emprendeduría que realiza cada año, desde 2000, el IE Business School. Aunque el estudio correspondiente a 2009 no se ha presentado todavía oficialmente, los datos conocidos revelan una espectacular caída en la creación de compañías por parte de mujeres.
La tasa de actividad emprendedora de la mujer ha caído del 6% en 2008 al 3,9% en 2009, rompiendo una tendencia alcista de los últimos años, y colocándose en niveles inferiores a 2005. El índice mide el porcentaje de iniciativas empresariales -que no llevan más de 42 meses en el mercado- sobre el total de población activa. En el caso de los hombres, es el segundo año consecutivo que desciende la cifra, situándose en el 6,3%, frente al 8,1% del año anterior.
La actividad masculina fue la primera en sufrir la recesión, en sectores como la construcción y la industria, pero que mejorara la tasa de actividad emprendedora de la mujer en 2008 fue un efecto óptico, porque finalmente la crisis también ha llegado, aunque sea con un año de retraso, a los sectores de consumo donde las mujeres tienen más actividad, señala Coduras. La docente explica que la recesión ha influido, además de en la cantidad de los nuevos proyectos, en la calidad, ya que se han concentrado en "sectores más baratos que en los que invierte el hombre", actividades con menor valor añadido.
El perfil de la emprendedora es una mujer de 36,4 años de media y en un 34,4% con estudios universitarios. Un ejemplo podría ser Isabel Llorens, socia cofundadora de Rusticae, marca de hoteles rurales. "æpermil;ramos muy jóvenes, sin apoyos económicos, sin apoyos institucionales", cuenta Llorens en la jornada Mujer y desafío emprendedor en España, organizada por el IE. "Teníamos una idea y fuimos a venderla. Somos muy creativas, muy movidas y muy energéticas. Estamos orgullosas por ser dueñas de nuestro propio destino", asegura.
Pero el camino no es sencillo. Uno de los obstáculos que siempre, inevitablemente, se presentan es la conciliación laboral. "Las trabajadoras por cuenta ajena han conquistado muchos derechos laborales, pero en una pequeña empresa, donde estás tú sola, la conciliación con la familia se complica aún más", cree Coduras, quien explica que la extensión de los servicios sociales será clave en el futuro. "No basta con estudiar más o ser más emprendedoras, habrá que cambiar las estructuras", opina Marisa Sotelo, directora de la Fundación Mujeres, sobre el reparto de los tiempos de trabajo. "Hay que hacer una reflexión sobre el modelo masculino de la plena disposición", añade. "A lo mejor es el modelo masculino de tiempos el que hay que cambiar", corrobora Ana Alonso, presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Andalucía.
"Falta corresponsabilidad", sentencia la ministra de Igualdad, Bibiana Aído. "La conciliación es uno de los mayores déficits", añade Aído, quien anima a no repetir "esquemas caducos", apostando por sistemas donde se prime la rentabilidad y se tengan en cuenta "los tiempos de vida" y los roles familiares.
Precisamente, el papel que la mujer juega en la familia ha hecho desistir a muchas emprendedoras en sus negocios. "Es una tendencia histórica y ha ocurrido lo mismo en 2009. Las empresarias con un pequeño negocio, si no va del todo bien, cierran y vuelven a las labores del hogar o buscan empleo por cuenta ajena", explica Coduras. "Si tú quieres, puedes. Se necesita un cambio en la cultura y en el desarrollo del liderazgo", anima María Benjumea, presidenta de Infoempleo. "Ante una situación de recesión, la mujer tiene más miedo al riesgo, se puede volver atrás: se cierra el negocio de ella y él permanece con su empleo", se queja la profesora del IE.
Esta entidad educativa señala que el emprendimiento desde un perspectiva de género presenta "un remanente histórico de cierto retardo de la mujer con respecto al hombre en parcelas muy específicas", como en el ámbito de la elección de actividad, prefiriendo las de bajo componente tecnológico. Comercio, hostelería, turismo, inmobiliario, empresas de trabajo temporal, estética o servicios sociales es el listado de sectores que detalla Coduras, predominando los enfocados al consumo (70,7% del total).
"La notable presencia de la mujer en carreras técnicas debería subsanar esta diferencia a medio plazo, pero para ello es necesario que no sólo se facilite el acceso a los estudios, sino que se diseñen servicios sociales que generen la confianza de que será posible compaginar la vida profesional con la familiar", señala una de las conclusiones preliminares del estudio. La falta de servicios sociales es precisamente lo que peor valoran los encuestados en el informe a la hora de impulsar el emprendimiento femenino.
Pero en 2009, las nuevas empresarias también se encontraron con el problema de la financiación. Al toparse con el grifo crediticio cerrado, muchas de ellas posponen la decisión, ya que por su papel cultural tienden a arriesgar mucho menos, según explica la directora técnica del informe. De hecho, el miedo al fracaso (55%) es siete puntos superior al de los hombres. Los negocios de las emprendedoras necesitan menos inversión inicial, 30.000 euros de capital semilla de media, frente a 50.000 de sus colegas masculinos.
Coduras explica que, además, el uso de los créditos está menos profesionalizado, ya que las emprendedoras utilizan menos los préstamos bancarios y el capital riesgo y se basan más en sus recursos propios, el dinero de la familia y las iniciativas conjuntas de varias socias. Inmaculada Álvarez, presidenta de la Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, anima a las mujeres a utilizar entidades como la suya para buscar ayudas públicas, claves en un lanzamiento. "Somos organismos intermedios, el trampolín perfecto para llegar a la Administración".
En la Educación
La responsable del informe de IE cree que la educación es clave para animar a los niños y niñas a ser futuros empresarios. También considera que detrás del menor número de emprendedoras subyace un tema cultural: "Por mucha prisa que nos demos, no es algo automático".
La cifra
3,9% es la tasa de actividad emprendedora de mujeres, respecto a la población activa, con nuevas empresas.
Ana María Llopis, presidenta de Ideas4all: seis reflexiones con la letra 'M'
1. Mujeres, claves del siglo XXI. La fundadora de Openbank y recientemente de la web Ideas4all hace un juego con seis reflexiones que empiezan por la letra m, de mujer. El primero de todos es reconocer el rol que según ella jugará el género femenino en la economía de este siglo.2. Metamorfosis. "Nos tenemos que reinventar". Para ello, el papel de la educación se convierte en fundamental, eliminando mitos sobre sectores donde la mujer no ha estado históricamente presente, como la ciencia y la tecnología. "Se les debe quitar ese miedo en el bachillerato".3. Malabarismos para llegar a todos los rincones de la vida cotidiana. Sobre todo las mujeres, según Llopis, asumen compatibilizar numerosas funciones familiares y laborales.4. MBA, es otra de las claves. Llopis anima a las futuras empresarias a formarse y a estudiar posgrados de administración de empresas para crear sus propias compañías.5. Monetizar, estar pendiente de la caja. Esta empresaria cree que las mujeres suelen solicitar menos dinero. "Tenemos que aprender a pedir más" y convertir así las ideas en recursos con los que invertir. "Asumimos menos riesgos", por eso, a las dueñas de los negocios les cuesta más encontrar recursos.6. Multitudes, contar con las masas. "Las redes sociales pueden ayudar a saber si nuestro proyecto es bueno o es malo", asegura. "Gracias a ellas se consiguen cosas increíbles". Esta emprendedora cuenta cómo en una de estas webs 2.0, en concreto Twitter, consiguió un bonito regalo: nada menos que 500.000 euros para el capital de su iniciativa empresarial.Ideas4all es también una plataforma 2.0 donde los usuarios explican al mundo virtual sus iniciativas, empresariales o sociales, bien con un fin lucrativo o bien, simplemente, para ceder las propuestas a otros. De esta forma, futuros empresarios pueden encontrar inversores a los que su idea les haya conquistado.