La revaluación del yuan
Pekín ha recibido casi 200.000 millones de divisas en 2009. Aunque los políticos del país se quejen, es el resultado de las decisiones de mantener su moneda barata. Si no revalúan el yuan, lo mejor que se puede hacer es cerrar algunas de las escapatorias por las que fluye este dinero caliente.
El capital especulativo se mueve bajo la idea de que la moneda china será revaluada. Pero a Pekín no le gusta esta idea por dos motivos. Primero, por que está cebando el boom de los activos, con una subida de la renta variable de casi el 70% en 2009 y del 20% en los inmobiliarios.
Segundo, por que el dinero especulativo presiona al yuan hacia arriba. Para contrarrestarlo, el banco central debería imprimir más dinero y el Gobierno, a cambio, emitir bonos para absorber la nueva masa monetaria. El coste no sólo se medirá en el pago del cupón, también afectará a la banca doméstica, cuyos balances quedarán repletos de activos de bajo rendimiento.
Una subida incisiva del yuan frenaría la especulación. Un investigador de un think tank solicitó el miércoles una revaluación excepcional del 10%. Aunque con las exportaciones cayendo año a año, el Gobierno siente que no puede tomar en estos momentos tan dramática medida. La opción de Pekín es, pues, luchar contra los agujeros del sistema. El pasado año 44 casas de cambio ilegales en la ciudad fronteriza de Shenzhen intermediaron 3.500 millones de dólares, según fuentes gubernamentales. Ahora están clausuradas, y presumiblemente les seguirán otras.
Otro truco es la creación de falsos ingresos por exportaciones para atraer moneda extranjera. Por ejemplo, un exportador chino fingiría vender borradores y lapiceros a un inversor de Hong Kong. Esto sería usado como una tapadera para que el inversor pasase por dólares lo que posteriormente puede convertir en yuanes. Los constantes esfuerzos de Pekín por controlar estos chanchullos contables deberían contribuir a cerrar las vías de escape, pero nadie espera milagros.
A fin de cuentas, el dinero caliente es una alternativa. Si China no quiere revaluar, la afluencia de moneda extranjera tirará el precio de los activos al alza. Y si la burbuja estalla, Pekín descubrirá que el dinero se va tan fácilmente como viene. Y esto debería hacer despegar al yuan si China no quiere afrontar el coste social de unas pinchazo de la burbuja.
Wei Gu