Reactivar la economía, proteger a los parados
Los datos de paro registrado de diciembre, que son ya los de todo el 2009, no por esperados dejan de ser preocupantes. 54.657 parados más en diciembre, 794.640 personas a lo largo de 2009 y una cifra total que se acerca a los 4 millones de hombres y mujeres en el desempleo, vienen a confirmar que el año pasado estuvo dominado por la crisis y el paro, hasta el punto de ser ya la principal preocupación de los españoles, según la última Encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas.
Es en este contexto, en el que CC OO cree imprescindible recuperar el diálogo social y de inmediato ponerse a trabajar para concertar medidas que permitan reactivar la economía, crear empleo y reforzar la protección social. Somos conscientes de que incentivar la actividad económica no va a suponer de inmediato generar empleo, pero parece evidente que es la primera condición para que empiecen a crearse puestos de trabajo. Por eso, queremos actuar con urgencia en dos ámbitos de negociación con las organizaciones empresariales y el Gobierno: por un lado, adoptar las medidas necesarias para reactivar la economía; por otro, atender a las personas que han sido expulsadas del mercado de trabajo, reforzando las políticas de protección al desempleo, tanto en prestaciones como en políticas activas.
No quiero olvidar que algunas reformas publicitadas en exceso por el Ejecutivo, como la llamada Ley de Economía Sostenible, que nosotros pretendemos asociar al inaplazable cambio de modelo productivo, debe tomar cuerpo en el presente año para no repetir en el futuro los errores del pasado. No hace mucho tiempo, CC OO reclamaba en solitario el cambio de un patrón de crecimiento que se reveló eficaz para crear centenares de miles de empleos, pero que tenía los pies de barro. La fragilidad y precariedad de los puestos de trabajo creados, fundamentalmente en el sector de la construcción, alimentó una burbuja que se ha desmoronado con la misma facilidad. Urge, por tanto, pactar un plan de medidas para crear empleo de mayor calidad, con derechos, y estrechamente vinculado a sectores productivos emergentes y con mayor inversión en I+D+i.
De igual manera, debe constituir una prioridad para empresarios, Gobierno y sindicatos, abordar con decisión planes de empleo dirigidos a los jóvenes. No se puede seguir ignorando a una generación que, o sigue siendo presa de la contratación precaria y sin derechos, o es utilizada laboralmente sin tener en cuenta su formación, devaluando su expediente académico o profesional. Sin olvidar, que por la debilidad de su relación contractual suelen ser los primeros a los que recurre el empresario para ajustar plantillas cuando aparece la crisis. Y aquí, me gustaría advertir de la necesidad de proceder a un cambio de la cultura empresarial, de sus códigos de conducta, que lleva a las empresas a recurrir de oficio a la reducción de empleo en el momento que asoma la primera dificultad económica. Desde hace unas semanas, venimos proponiendo avanzar hacia lo que ha venido en denominarse modelo alemán, y que no es otra cosa que sustituir este habitual comportamiento empresarial por otro que de prioridad al mantenimiento del empleo, al reparto del trabajo existente en la empresa, a la reducción de la jornada laboral, todo ello con la activa colaboración de los Servicios Públicos de Empleo. Sabemos que el Gobierno está trabajando en la iniciativa y esperamos que al menos sirva para progresar en esa dirección.
Por otro lado, no puede demorarse más la reforma del sistema financiero. En las condiciones actuales no está fluyendo el crédito a las familias ni a las empresas, y por ello es esencial normalizar el funcionamiento del sistema financiero español como intermediario entre el ahorro y el crédito.
En consecuencia, conscientes de que no saldremos de la grave situación económica sin la implicación activa del conjunto de la sociedad, deben pactarse algunas prioridades para hacer compatible la reactivación económica y la creación de empleo con la protección a las personas directamente afectadas por la crisis. Se trata de evitar que el paro siga creciendo, de reforzar las políticas públicas para que el sector privado aborde nuevos proyectos y, simultáneamente, de ampliar y mejorar la protección social, conseguir una mayor integración de las políticas activas de empleo y reorientar la actuación de los Servicios Públicos a fin de garantizar un seguimiento personalizado de los demandantes de empleo.
Paloma López. Secretaria de Empleo y Migraciones de CC OO