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En busca de la rebaja del gasto sanitario

Las regiones presionan a los médicos para rebajar la factura farmacéutica

El gasto sanitario crece imparable y las comunidades buscan vías para atajarlo. Una de ellas es la contención de la factura en fármacos mediante la creación de incentivos a los médicos para que receten por principio activo o el establecimiento de un salario variable en función del ahorro que consigan.

El crecimiento de la población y la elevada propensión a acudir al médico está ejerciendo mucha presión sobre las cuentas de las comunidades autónomas. Los expertos calculan que si siguen creciendo esos indicadores, el gasto dedicado a la sanidad llegará a cubrir a corto plazo el 30% del presupuesto regional.

En este escenario ya hay comunidades que se han puesto manos a la obra para rebajar el gasto sanitario, y en especial, el coste farmacéutico, que se ha elevado a 12.380 millones en los últimos doce meses y ya representa uno de cada cuatro euros del gasto sanitario. La más activa ha sido Andalucía, la que más gasto realiza (el 18% del total), que cuenta con un plan cuyo eje principal es la prescripción por principio activo, a través del que se da prioridad al componente y no a la marca del fármaco. Este procedimiento, que ya se utiliza en el 80% de las recetas de atención primaria y en el 63% de las procedentes de especialidades, la ha situado como la comunidad con el gasto medio por receta más bajo de España (13,41 euros), 1,5 euros menos que la media nacional. "Con esa medida nos hemos ahorrado 219 millones de euros entre enero y octubre de este año", apunta Antonio Peinado, subdirector de Farmacia de la Junta de Andalucía. En su opinión no tiene sentido que existan varios principios activos con la misma capacidad terapéutica (antiinflamatorios, protectores gástricos o contra el colesterol) y distintos precios. "Se trata de promocionar equivalentes terapéuticos para que el médico tenga capacidad para recetar el más indicado en términos de seguridad, eficiencia o precio", subraya.

Pero Andalucía no es la única que ha puesto este tipo de medidas en marcha. Cataluña ha implantado un plan estratégico que busca la corresponsabilización de todos los agentes implicados. "Los médicos del Servicio Catalán de Salud (SCS) perciben una parte variable de su salario en función de la calidad asistencial que ofrezcan, siempre y cuando esté orientada a la maximización de los recursos y a la contención del gasto", señala Toni Gilabert, gerente de atención farmacéutica del SCS. También se ha puesto en marcha un sistema informático para determinar cuáles son los principios activos que mejor pueden ser utilizados en términos económicos, así como un mayor control sobre las residencias de personas mayores, uno de los principales consumidores de medicamentos. "Lo que tratamos es de ejercer una mejor supervisión sobre el tratamiento de procedimientos crónicos", señaló.

Otras comunidades, como Madrid, han dado un paso más allá. El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, ha sugerido recientemente la posibilidad de que la prescripción de medicamentos se haga por principio terapéutico, es decir, buscar aquel tratamiento que sea más barato en términos de coste, sin que se tenga en cuenta si está dentro o fuera del sistema de precios de referencia. Con esta propuesta, Madrid calcula que ahorraría cerca de 250 millones de euros al año, lo que aliviaría el peso de la factura farmacéutica, que se elevó a 1.247 millones de euros en 2008.

Datos

El gasto farmacéutico se ha elevado a 12.380 millones de euros entre octubre de 2008 y septiembre de 2009, lo que supone un crecimiento del 4,3% en tasa interanual.El número de recetas prescritas con cargo al Sistema Nacional de Salud en ese periodo fue de 923 millones. Esta cifra representa un incremento de 40 millones en un año.

Los expertos piden más control en hospitales

Pablo Vázquez, director del servicio de estudios de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), señala que existe una honda preocupación entre los responsables regionales de los servicios de salud por el déficit acumulado. "Entre 2003 y 2007, el agujero se ha elevado a 11.000 millones de euros y si se le suma este año y el anterior, la cifra puede llegar a alcanzar los 20.000 millones", afirma Vázquez, que ha codirigido un estudio en el que se plantean, tras conversar con un gran número de responsables autonómicos, la necesidad de poner en marchas medidas de copago para los pacientes que asistan a los servicios de atención primaria o a urgencias, así como la vinculación de la renta al pago de fármacos."El sistema público, tal y como está diseñado en la actualidad es insostenible. Es necesario que cada persona que acuda al hospital pague una parte del servicio y que exista un mayor control sobre el gasto en farmacia de los particulares y en tecnología por parte de los hospitales", apunta.En su opinión, un hospital no está obligado a aceptar un aparato en pruebas y mucho menos a quedárselo una vez que se ha probado durante unas cuantas semanas, "una técnica que es muy habitual en la actualidad". Por ello apuesta por la creación de una organización independiente, que se encargue de auditar y de autorizar la compra de tecnología y fármacos.Otra de las vías que sugiere para atajar el imparable alza del gasto farmacéutico, que ya supone el 25% del gasto sanitario, es ejercer un mayor control sobre la demanda. "El consumo es mucho más elevado en España, pese a tener precios mucho más bajos. Siete de cada diez ciudadanos consume al menos una receta médica a la semana", recalca.

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