Más transparencia para el 'bonus' de los directivos
Está en entredicho. La CNMV sugiere que en caso de no conseguir objetivos se devuelva esta prima. Los expertos piden claridad en el pago del bono
Goldman Sachs estudia la posibilidad de trasladar a una parte de su plantilla londinense a España. La razón no es otra que el enfado de la compañía ante el nuevo impuesto británico que grava las primas que cobra la banca que opera en Reino Unido, incluidas las filiales de los bancos extranjeros. Será un impuesto del 50% sobre los bonus que superen las 25.000 libras, unos 27.500 euros. Esta carga fiscal reportará a las arcas de la Hacienda británica unos 500 millones de libras, en un impuesto que afectará a unos 20.000 banqueros. Los bancos británicos se enfrentan a una estricta regulación. Y Goldman Sachs, que este año va a repartir alrededor de 16.000 millones de dólares en bonos, parece no estar dispuesto a perjudicar a los más de 5.000 empleados que tiene en sus oficinas en Londres. A esto se debe la iniciativa de mirar a España como país de destino para su talento.
Los expertos españoles, consultados por CincoDías, creen que no hay que demonizar el bono que cobran los ejecutivos. "Es una herramienta de compensación eficaz y la clave está en ligarlo a la generación de resultados y todo ello debe trascender al conjunto de la compañía", afirma el socio de Mercer Rafael Barrilero. Cree que la soberanía del bono y la última palabra sobre su cobro la deben tener los accionistas. "Es importante saber a qué corresponde cada pago y para ello las empresas deben ser transparentes", afirma este experto, que opina que cuando las cosas no están claras es cuando llaman la atención. "Si se sabe explicar bien, los accionistas querrán pagar bien a sus gestores".
La CNMV presentó la semana pasada una serie de modificaciones del Código Unificado de buen gobierno para adaptarlo a las recomendaciones de la Comisión Europea. Los cambios se centran en la retribución de los consejeros de las compañías cotizadas y solicitan la imposición de determinados límites a las retribuciones variables, el bono, y las indemnizaciones por cese, así como al aplazamiento del pago en ciertos casos. También contempla la posibilidad de que las empresas puedan exigir la devolución del bonus cuando los gestores no hayan alcanzado los rendimientos previstos. "No me parece mal que se devuelva si no se han obtenido los objetivos que se han marcado", sostiene Barrilero.
Se ha convertido en un elemento de retención importante
De la misma opinión es Sergi Pérez, director del servicio de compensación de la consultora HayGroup, quien reclama transparencia de cara al Banco de España, a la CNMV y al Banco Central Europeo. "El bono está en entredicho por la falta de transparencia, por las reglas de juego existente, ya que puede no estar realmente vinculado a resultados". Bajo un parámetro razonable y transparente, el cobro del bono está justificado. "Es una manera de estar en el mercado y motivar a los profesionales, de todas formas en España no se dan esos bonos estratosféricos que se ofrecen en otros países".
Por ejemplo, afirma que hay profesionales estadounidenses o británicos que cobran cinco veces en variable su sueldo fijo. Esa proporción no es equiparable a España, donde el porcentaje puede ser de un 70% de sueldo fijo y el resto en variable. En cuanto a castigar fiscalmente este tipo de retribución, asegura que hecha la ley hecha la trampa. "Es muy fácil, se puede pasar esta retribución a la parte fija y ya no existe el problema", dice Pérez. En este caso, apunta Barrilero, lo que se consigue es una inflación salarial. Lo que iría en contra de la tendencia de España en los últimos años, de acuerdo con un informe salarial emitido por la OCDE, que calificaba los incrementos salariales de moderados.
Lo que sí considera Sergi Pérez que ha de ser penalizado son algunas cláusulas de indemnización de la alta dirección. "Se debería excluir de su cobro a todos aquellos directivos que hayan quebrado la empresa o la hayan conducido a una suspensión de pagos", señala.
Sobre el peligro de los bonos, asegura Barrilero, que el de corto plazo no está en riesgo, "el problema está en el incentivo a largo plazo, en caso de que no haya creado valor para el accionista". Lo que exigen los consultores es una óptima gestión de la retribución variable. "Y esto pasa inevitablemente porque exista una correlación entre el éxito y el pago, con el fin de no pervertir en el sistema", dice el consultor de Mercer, que insiste en que la última palabra la tiene el accionista. "Es importante entender quién es el dueño y éste es quién decide que no se cobra el bono, y si esto ocurre pues mala suerte", concluye Barrilero.
Porque lo cierto es que la retribución variable se ha convertido en un elemento importante y decisivo en el fichaje de la alta dirección. "Aquel que tiene que desarrollar un proyecto, posicionar un producto o diseñar una estrategia, una parte importante de su retribución la recibe en la parte variable", afirma Carlos Alemany, presidente de la empresa de servicios profesionales y búsqueda de alta dirección Korn Ferry International. Es el caso de la banca de inversión, de la consultoría estratégica o de los socios de despachos de abogados. Si se penaliza el cobro del bono o se ponen demasiadas trabas, los profesionales se van a la competencia. "Lo importante es evaluar en qué contribuye cada profesional al éxito de la compañía y retribuirle en función de esos logros", dice Alemany.
Lo que está claro, según los expertos, es que la retribución variable se ha convertido en una herramienta eficaz de compensación, pero que ha de ajustarse a la realidad de los resultados de las empresas.
70%
50%de impuesto se gravará sobre los 'bonus' que reciban los profesionales de la banca británica.
de sueldo fijo y el resto variable es la distribución salarial que reciben los directivos españoles