El juez desestima las oposiciones y aprueba el convenio de Llanera
Llanera superó ayer el último obstáculo para superar el concurso de acreedores, después de que el juez que ha llevado todo el proceso desestimara las oposiciones al mismo presentadas por tres acreedores. Aunque la sentencia es recurrible, se puede aplicar, lo que supone que Llanera ya cuenta con la aprobación de su plan de pagos y, por tanto, cesa la administración judicial y la familia Gallego retoma el control de la compañía.
La impugnación la habían presentado tres empresas y el BBVA, aunque el banco se retiró antes de la decisión judicial. Las oposiciones se basaban básicamente en la supuesta imposibilidad de Llanera de cumplir con el convenio que se presentó a finales de septiembre a la junta de acreedores y que obtuvo el respaldo mayoritario.
En concreto, las sociedades Multiservicios Arco Mediterráneo y Om Espacios de Identidad, defendían que el plan de negocio contiene una serie de condicionantes, como la necesidad de la obtención de permisos administrativos para recalificar suelo, y que esas condiciones van en contra de la legislación concursal.
El juez rechaza en la sentencia este argumento y, de hecho, acusa a estos dos acreedores de actuar con mala fe, por lo que les carga con los costes del incidente concursal. Además, el juez considera que ninguno de los opositores tiene legitimación suficiente, al no alcanzar su deuda la masa concursal suficiente.
Llanera deberá ahora empezar a buscar fórmulas para ir cumpliendo sus planes de ingresos, si bien, según el convenio, tiene tres años de carencia para afrontar el primer pago, e incluso entonces, sólo tendrá que hacer frente a una pequeña cantidad. Sólo al final del convenio, dentro de ocho años, se abonará el 80% de la deuda.
Una piedra en el zapato de la suspensión
Desde que Llanera presentó la suspensión de pagos en octubre de 2007 hasta hoy, la acreedora Multiservicios Arco Mediterráneo se ha convertido en una piedra en el zapato del juez Fernando Presencia, el encargado del concurso, y también para la inmobiliaria. La compañía denunció a Llanera al considerar que le había comprado un terreno cuando ya sabía que no lo iba a pagar. Pese a que Llanera ha salvado esos obstáculos, la demanda puso sobre la mesa algunos aspectos remarcables, como el reparto de dividendos de Llanera en vísperas de suspender pagos. El juez lo anuló.