Las emisiones de empresas, a salvo

Los toques de atención de parte de las agencias de calificación al Reino de España en las dos últimas semanas han desatado inquietudes. El revuelo producido en los mercados está justificado, porque llamadas de atención como la rebaja de la perspectiva de la deuda española -como ha hecho Standard & Poor's-, o la colocación de España entre los países desarrollados con más riesgos económicos -caso de Moody's-, no buscan sino resaltar dificultades que hacen apremiante un severo ajuste fiscal. La primera reacción, que se fue moderando cuando se impuso la lógica, fue negativa y la prima de riesgo se amplió.

Pero estas discretas notas al desempeño de la economía española han servido, sin embargo, para constatar una poderosa fortaleza. Porque el impacto de tales advertencias en los precios de las emisiones de deuda de las empresas españolas ha sido imperceptible. Aquí, el temible elefante se ha convertido en un mosquito. La internacionalización de las grandes empresas españolas hace que sus emisiones ni se hayan inmutado por las solemnes advertencias de las agencias. Una rebaja del rating de España acabaría repercutiendo en sus resultados, sin duda, pero el mercado ve lejano ese riesgo. Es la reconfortante confirmación de la fortaleza de los grandes grupos españoles.