Controles marroquíes
Las autoridades diplomáticas españolas no son las únicas que tienen los nervios a flor de piel por la estancia en Lanzarote de la saharaui Aminetu Haidar, en huelga de hambre desde hace 30 días. Las marroquíes también andan preocupadas por el caso. Tanto es así, que han intensificado los controles fronterizos ante el temor de que la activista pudiese colarse de forma subrepticia en el país. La semana pasada, en pleno puente de la Constitución, la policía marroquí registró a conciencia las embarcaciones de recreo españolas que arribaban a sus puertos.
Lo más curioso es que los agentes disculpaban su actitud reconociendo que tenían orden de controlar que no estuviese Haidar escondida en algún camarote. En definitiva, los controles de las pateras se hacen en ambas direcciones.