_
_
_
_

El cava no está todavía suficientemente frío

Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta la economía y la sociedad españolas es a una mala interpretación de las señales que manda la actividad. Si cuando empiecen a aparecer los primeros datos positivos de la economía empezamos a creer que ya hemos pasado la crisis, y, como consecuencia, creemos también que no temenos que hacer ninguna reforma, habremos metido la pata. Aunque aparezcan señales positivas, hay que entrar a saco en las reformas de los mercados de bienes, servicios y factores para recuperar un buen ritmo de crecimiento para la economía. Sacar el cava antes de tiempo puede funcionar como un efecto sedante muy perverso. Es demasiado pronto para descorchar, no está suficientemente frío el cava.

Se suaviza la caída de ventas de casas; el precio de la vivienda modera su descenso; la destrucción de empleo se acerca al final. Son titulares de prensa de las últimas semanas, en las que parece que el optimismo se ha apoderado de la gente. Bien está que la gente sea positiva. Pero no debe perderse de vista el realismo. Y ahora corremos el riesgo, el Gobierno el primero, de celebrar antes de la cuenta la supuesta salida de la recesión. Cuando aparezcan los primeros datos de crecimiento positivo del PIB, aunque sea en tasa intertrimestral, la tentación de voltear las campanas como hacemos en los pueblos en las fiestas se apoderará de los responsables públicos. Pero salir de la recesión no es salir de la crisis.

Es fundamental acometer los cambios que la economía precisa para evitar que la salida de la recesión sea sólo nominal y para evitar entrar en una senda de crecimiento muy lento que no generará empleo, sino frustración en quien lo busca. Dejen el cava para más adelante. Ahora hagan todas las reformas que el país precisa, y que hasta el Gobierno ha llegado a emunerar con acierto, tras estar varios años negando la necesidad de hacerlas. Pensiones, fiscalidad, empleo, eeducación, justicia, energia, estructura del gasto público y de sus ejecutores, etc.

Las advertencias de Standart & Poor's que han elevado las primas de riesgo a la economía española, tanto a la financiación pública como a la privada, es sólo un aviso de lo que nos espera si no cumplimos con nuestra obligación. España tiene dificultades para crecer con la financiación interna, entre otras cosas porque ha vivido por encima de sus posibilidades durante muchos años; por elo debe amoldarse a lo que los mercados que nos proporcionan los recursos financieros sugieran. Y sugieren, en primer lugar, una reforma integral de la estructura del gasto público, que ha entrado en una deriva peligrosa pese a ser España un país que aún no se ha gasado ni un euro en su sistema financiero.

Archivado En

_
_