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Columna
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Volkswagen se une a Suzuki

La inversión de 2.500 millones de dólares de Volkswagen en su rival japonés Suzuki es un pequeño paso en su ambición de convertirse en el mayor fabricante de coches del mundo. Y los beneficios estratégicos del constructor de automóviles alemán son particularmente atractivos.

Suzuki vendió 1,15 millones de vehículos en la primera mitad de 2009. Si Volkswagen la adquiriese completamente lanzaría la compañía a lo más alto, con unas ventas conjuntas de 4,4 millones de unidades, poniendo millas de distancia con Toyota, que vende 3,5 millones.

Pero Suzuki probablemente no sea un vendedor voluntario en este momento. El presidente, Osamu Suzuki, se esfuerza por destacar que la compañía no está dispuesta a ser la marca número 11 de Volkswagen. En cualquier caso, Volkswagen no se podría permitir el lujo de comprarla después de apoquinar 3.900 millones de euros por el 49,9% del negocio de coches deportivos de Porsche, que integrará previsiblemente en 2011. Tiene el visto bueno para vender acciones preferentes para financiar la compra de Porsche y otras adquisiciones, pero no quiere asumir una mayor deuda, que podría poner en peligro su calificación crediticia.

La solución es establecer una asociación estratégica. Volkswagen accede a la experiencia en coches pequeños de Suzuki, uno de sus puntos débiles, y a mercados como el indio y el sudeste asiático.

En cuanto a Suzuki, los beneficios son tanto financieros como estratégicos. La mitad de los ingresos por la venta de acciones se destinarán a cancelar deuda y a incrementar el gasto en el desarrollo de low-cost y coches híbridos y ecológicos.

La asociación no es perfecta. Suzuki dedicará la otra mitad de la contraprestación en acciones de VW, cosa que parece una medida puramente cosmética para transmitir la idea de que su relación es equilibrada. Una verdadera toma de control probablemente crearía más valor que este complicado acuerdo de cruce de participaciones. Y no se descarta que esa operación se lleve a cabo en el futuro. Mientras tanto, la asociación parece la mejor alternativa.

Por Alexander Smith

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