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Vida profesional

Los aparejadores buscan salidas al colapso inmobiliario

Peritación de seguros o el control de calidad son algunas opciones a la crisis

Hemos vivido una época gloriosa en volumen de trabajo, hemos sido la titulación más demandada (...) pero ahora nos toca vivir otro momento excepcional, la de una crisis profunda y duradera". Así de claro y contundente relataba en su blog el aparejador José Luis Tortosa Reche los problemas que afronta su profesión. No es algo aislado. El estallido de la burbuja inmobiliaria ha puesto a este colectivo profesional junto con el de los arquitectos en el punto de mira.

Para el secretario de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Aparejadores, Rafael Fernández Martín, "la crisis nos ha golpeado especialmente, pero gracias a nuestra versatilidad hemos salido mejor parados que otras profesiones".

Entre las salidas que apunta este arquitecto técnico destaca el peritaje en seguros, los controles de calidad, la prestación de servicios para la administración pública (Inspección Técnica de Edificios para ayuntamientos y comunidades autónomas) y las tasaciones para los bancos y cajas de ahorros. æpermil;stas últimas siguen realizándose tras compensarse la caída del mercado hipotecario con el repunte de los embargos.

La formación aparece como una de las claves para reinventar la profesión y ofrecer nuevas alternativas a los profesionales. "El colegio acaba de poner en marcha un nuevo título denominado Máster Facility Management (Curso Superior de Gestión Patrimonial de Inmuebles y Mantenimiento de Edificios) que persigue convertir a los aparejadores en responsables de la gestión de todos los activos de las empresas (obra civil, edificación, instalaciones) con la finalidad de optimizar los costes operativos fijos en su cuenta de resultados". æpermil;ste se une al Máster Project Management, que cumple ya 14 ediciones.

Pero la formación superior se compagina con cursos de 4 ó 6 horas sobre nuevas reglamentaciones o aspectos muy especializados, que dotan al aparejador de nuevos conocimientos.

Con todo ello, Rafael Fernández augura un extenso futuro para la profesión. "Somos una de las titulaciones más antiguas, surgimos en el siglo XIV y nos hemos adaptado a todos los avatares de la vida". Quizás, por esa razón, tampoco temen a los cambios introducidos por Bolonia, aunque en el caso de los aparejadores han salido beneficiados.

El nuevo plan les concede el título de graduado, igual que los arquitectos (al menos hasta que el Gobierno no les otorgue el máster que ellos reclaman), pero los aparejadores sólo cursan 240 créditos frente a los 320 de los arquitectos. A partir de este nuevo plan, los aparejadores serán los nuevos graduados en arquitectura o en ingeniería de la edificación, ésta última una carrera de nueva creación.

En el horizonte, sin embargo, existen algunas dudas, como los cambios que introduce la Ley de Servicios Profesionales, que pretende modificar la libre adscripción a los colegios profesionales, la eliminación de los baremos de honorarios orientativos y eliminación de la obligatoriedad de los visados de los trabajos profesionales.

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Ingenieros de la edificación

En opinión del secretario del Colegio Oficial de Aparejadores, "las épocas de crisis pueden significar un reciclaje para los trabajadores que busquen nuevas posibilidades laborales".En este sentido, asegura que "la ingeniería de la edificación abre nuevas salidas profesionales que hasta ahora no se nos habían concedido. A partir de ahora, los aparejadores podremos optar, por ejemplo, a los puestos más elevados de la Administración Pública".Este cambio de titulación supone un importante paso profesional para los aparejadores, ya que reconoce su status en la sociedad y permite su libre ejercicio en la Unión Europea.Desde que se pusiera en marcha la nueva carrera, 2.000 aparejadores se han reciclado para obtener este nuevo título universitario.

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