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Cita en Bruselas

Los países de la UE darán una respuesta coordinada al plan de Opel

Los países de la UE aparcaron hoy los intentos de negociar individualmente con General Motors el futuro de las fábricas de su filial europea y acordaron dar una respuesta coordinada la próxima semana al plan de reestructuración de la empresa.

Los responsables de Industria de los países acordaron tomaron esta decisión tras reunirse esta tarde en Bruselas, invitados por el comisario del ramo, Günter Verheugen, quien les reiteró la necesidad de que las subvenciones estén basadas en criterios "objetivos" y no condicionadas al mantenimiento del empleo en uno u otro país.

"Esto es esencial para evitar una carrera de ayudas entre estados miembros", dijo la Comisión Europea en un comunicado enviado tras el encuentro informal, al que además de Verheugen asistió la comisaria de Competencia, Neelie Kroes; y el titular comunitario de Empleo, Vladimir Spidla.

"Es muy importante que GM sepa que Europa reaccionará de una manera coordinada y no individual. Espero que ahora podamos trabajar juntos para encontrar una solución no sólo para Bélgica o Alemania, sino para la gente empleada en GM en toda la UE", se felicitó el presidente de la región belga de Flandes, Kris Peeters.

"También es necesario que trabajemos juntos para ayudar a GM, pero que no nos cortemos la garganta entre los países miembros" de la UE, lanzó el dirigente de Flandes, donde GM posee una fábrica en Amberes.

El secretario de Estado alemán de Economía, Jochen Homann, también presente en la reunión, detalló que, en este sentido, "todos los gobiernos se han comprometido a no hacer ofertas económicas antes de que GM publique el plan".

"No participaremos en una carrera de subsidios", dijo, tajante, el responsable alemán.

La dirección de la empresa tiene previsto presentar a finales de esta semana su proyecto de reestructuración, que los responsables de Industria nacionales y la Comisión Europea han convenido en estudiar conjuntamente el próximo 4 de diciembre.

La compañía calcula en 3.500 millones de euros (unos 5.250 millones de dólares) la inversión necesaria para que las factorías del Viejo Continente alcancen la rentabilidad en 2012, según confirmó hoy el presidente del gigante automovilístico estadounidense en Europa, Nick Reilly, quien también estuvo presente en el encuentro de Bruselas.

Reilly especificó que parte del dinero saldrá de la compañía matriz estadounidense, aunque una buena parte debería provenir de las ayudas estatales que se pacten.

Aun así, el ejecutivo británico, que salió el primero de la reunión, quiso aclarar que su proyecto para las plantas de Opel/Vauxhall "estará basado en criterios económicos y no será afectado por la decisión de ningún gobierno o por la medida en que apoyen el plan".

Reilly subrayó su compromiso con el cumplimiento de las normativas de la UE y la transparencia.

Según informaciones difundidas en las últimas semanas, GM baraja reducir un 20 por ciento la capacidad de producción europea de Opel y recortar entre 9.000 y 10.000 empleos, de los 50.000 que tiene en el continente.

El ministro español de Industria, Miguel Sebastián, se reunió el pasado viernes con Reilly en Madrid y ambos auguraron un futuro "prometedor" a la planta que Opel tiene en la localidad zaragozana de Figueruelas y que da trabajo a unos 7.500 trabajadores.

Los empleados de la firma en Europa llevan semanas de incertidumbre después de que el Consejo de Administración de General Motors decidiera a comienzos de mes cancelar la venta de la filial europea a un consorcio liderado por la empresa austro-canadiense Magna.

Magna se había comprometido a mantener una capacidad de ensamblaje de 478.000 vehículos en Figueruelas, además de asignarle la fabricación de nuevos modelos: el Meriva, a partir de 2010; y la plataforma del nuevo Corsa, desde 2013.

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