Las cajas defienden su existencia pero piden cautela por la nueva supervisión
La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) defendió hoy la existencia de estas entidades para financiar la economía y pidió cautela para que las nuevas normas de supervisión no encarezcan el crédito a las familias y empresas.
El presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, abogó por la "diversidad institucional" del sistema financiero y criticó a quienes cuestionan el papel de las cajas, ya que -a su juicio- es el mismo "error que pensar que en la selva sólo hubiera elefantes".
Durante las II Jornada de Actualidad Comunitaria, organizada por la patronal de las cajas, Quintás agradeció el apoyo del Parlamento Europeo a los "intentos de acoso" que han sufrido estas entidades, que es "conveniente" que existan.
Así, recordó que las cajas de ahorros han demostrado mejor que los bancos su resistencia a la crisis financiera e ironizó que las "víctimas" han sido los grandes gigantes de Wall Street, "controlados por sus buenos accionistas".
También añadió que dentro de las quiebras "más escandalosas" estuvieron aquellas cajas que en otros países se convirtieron en sociedades anónimas, mientras que por el contrario en países donde se han mantenido, como Alemania, estas entidades están librando a la economía del país de la "crisis crediticia".
En la misma línea, el director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, destacó la capacidad de las cajas para financiar la economía real (familias y empresas) y advirtió de los riesgos que puede ocasionar promover una regulación "excesiva", especialmente en cuanto a niveles de capital.
Pidió que a la hora de determinar la solvencia de una entidad no se caiga en el "simplismo" de que el capital son únicamente las acciones y defendió el carácter cooperativista o fundacional de ciertas instituciones, en una clara alusión a las cajas.
La patronal alertó de que mayores exigencias de capital pueden afectar a los costes estructurales de las entidades y encarecer la financiación de la economía, con lo que se dificultaría aún más el acceso al crédito.
No obstante, desde el Banco de España, el director general de regulación, José María Roldán, puntualizó que las iniciativas en materia de supervisión, lo que calificó de "tsunami regulatorio", tardarán años en aplicarse.
Recordó que las propuestas de los países que integran el G-20 serán efectivas a finales de 2012, por lo que puso en duda que vayan a lastrar la recuperación económica, ya que existe un "plazo dilatado" que servirá para evitar el riesgo de que dichas medidas frenen el crédito.
Sin embargo, dijo que a la hora de exigir capital, las autoridades de supervisión deben ser "rigurosas" y "cuidadosas" y demandarlo en función del riesgo de cada entidad, con el fin de evitar "disparar a todo lo que se mueva".
De esta forma, la reforma de supervisión financiera conseguirá que en el futuro las entidades sean capaces de resistir las dificultades y contribuir a la recuperación económica.
Una recuperación de la que ya habla el director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, Javier Vallés, quien dijo que "afianzarla" será la prioridad de España durante la presidencia de la Unión Europea a partir de enero de 2010.
Señaló que la presidencia se ejercerá en "un momento económico especial" en el que el Ejecutivo tratará de garantizar la "robustez" del sistema financiero mediante la reestructuración del mismo.
Así, entre las nuevas actuaciones legislativas indicó la nueva regulación de los Fondos de Gestión Alternativos y la revisión de las políticas de retribución a los directivos.
Valoró las medidas fiscales impulsadas por el Gobierno y el impulso que ha dado el Ejecutivo al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para facilitar financiación a empresas solventes y familias. "Un plan muy ambicioso", dijo tras recordar que "uno de cuatro nuevos créditos concedidos parten del ICO".