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Autopistas

Abertis y OHL urgen a Argentina la revisión económica de sus concesiones

Ausol, operadora de la autopista que da acceso a la zona norte de Buenos Aires y que está participada por Abertis y ACS, ha dejado de pagar intereses a sus bonistas a la espera de refinanciar deuda. A 30 de septiembre la entidad perdía 33 millones de euros y tiene patrimonio neto negativo. Sus accionistas reclaman al Gobierno argentino que reequilibre la concesión. OHL también tiene una autopista en pérdidas a la espera de revisión tarifaria.

Una carta firmada por Marcelo Benaglia, gerente general de Ausol, que fue enviada el pasado 5 de noviembre a los departamentos de obras públicas y concesiones viales del Gobierno de Argentina pone a las claras el complicado momento que Abertis está viviendo en ese país. También sus exigencias al Ejecutivo de Cristina Fernández.

Ausol, de la que Abertis es primer accionista con el 31,6% del capital, presentó al cierre de septiembre unas pérdidas de 185,6 millones de pesos (32,7 millones de euros) y declara un patrimonio neto negativo de 11 millones de pesos (1,93 euros). A esa circunstancia, motivada por el aumento de costes o la disminución del tráfico de pago en las autopistas, se suma una estructura de deuda insostenible que ha llevado al próximo impago de intereses a los bonistas por 10 millones de dólares. Un compromiso fijado para el próximo 23 de noviembre. Dicho incumplimiento se enmarca en el arranque de unas negociaciones con los propios bonistas, con la mediación de Barclays Bank, para reestructurar unos 1.250 millones de pesos (220 millones de euros) de pasivo. La concesionaria, cotizada en la Bolsa de Buenos Aires, ha convocado una junta de accionistas el 18 de diciembre en la que informará sobre los avances en las negociaciones. Pero más allá del tira y afloja con los acreedores, destaca el que mantiene con la Administración.

Ausol, en cuyo capital también figuran la italiana Impregilo (19,82%), la española ACS (5,72%) y la firma local Dycasa (5,83%), opera hasta 2020 una autopista de 119 kilómetros que da acceso a Buenos Aires por el norte de la capital y que resulta ser la más transitada del país. El Gobierno congeló sus tarifas entre 2002 y 2006, y fue a finales de 2008 cuando accedió a una subida.

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Esa última actualización ha servido paramejorar los ingresos, pero no ha sido suficiente para sostener el beneficio. Por ello, la entidad busca soluciones de emergencia en tres direcciones: pide avales públicos para acceder a un crédito con el que responder ante los acreedores; demanda incrementos en las tarifas que equilibren la concesión, y un aumento en el plazo de la misma.

Fuentes cercanas al ârgano de Control de Concesiones aseguran que la Administración está abierta a negociar. Otras fuentes extraoficiales señalan que la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, llevaba este problema en la agenda de trabajo en su reciente visita a Argentina.

Pero Abertis y ACS no son las únicas afectadas. OHL es otra de las atrapadas en Argentina con una concesión esperando a ser equilibrada. Se trata de la autopista Ezeiza-Cañuelas, al sur de Buenos Aires. Esta carretera de 60 kilómetros contemplaba en el contrato inicial unas tarifas que igualaban pesos con dólares, pero la Ley de Emergencia de 2001 acabó con esa paridad.

A partir de ese año las tarifas fueron congeladas y las inversiones en la infraestructura se aparcaron. Tras años de negociaciones, la empresa de VillarMir alcanzó un acuerdo de revisión del contrato con Argentina.OHL pudo subir las tarifas un 15% a los vehículos ligeros en enero de 2008, pero sigue a la espera de la citada modificación del contrato.

El nuevomarco de relación con el Gobierno implicaría un alza de tarifas que derivaría en una mejora del 90% en ingresos. A cambio, la española invertirá 60 millones de dólares. El protocolo se firmó el pasadomes de marzo, pero aún no se ha publicado el decreto presidencial que le otorgue validez.

OHL controla el 71% de la autopista, cuyo resultado en 2008 arrojó una facturación de 11,2 millones y unas pérdidas finales de 7 millones.

El Gobierno pide una tregua hasta abril

Abertis y sus socios en el capital de Ausol esperaban que la Administración argentina lanzara un nuevo marco contractual con la citada Ausol el pasado 30 de junio, en el que se recogería la actualización del plan económico financiero que debe regir hasta el fin de la concesión. Sobrepasado ese plazo, el Gobierno ha pedido una extensión hasta el 30 de abril de 2010.Pero los accionistas de Ausol no están para perder más tiempo. En distintos documentos públicos la firma sostiene que la nueva tregua solicitada por el Gobierno no es satisfactoria y que se ha llegado a esta situación por el incumplimiento del contrato por parte del Ejecutivo argentino. La española se queja de diez años de congelación de tarifas y de un incremento imprevisto y superior al 400% en los costes de explotación. Lo que dan por descartado los accionistas de la concesionaria es su refuerzo por la vía de una ampliación de capital: "La situación es insostenible y sería tirar el dinero a un pozo sin fondo", comentan en el entorno de la empresa.Ausol computa en las cuentas de Abertis por puesta en equivalencia, suponiendo algo menos del 1% de su resultado global. El grupo español que preside Salvador Alemany mantiene ese activo con valor cero en sus libros.

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