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Crónica de Manhattan

Un raro escepticismo

El día 4 de julio, la fiesta nacional, se suele celebrar con amigos y familia cerca de una barbacoa en el jardín y tradicionalmente es uno de los días más calurosos del año en todo el país. En los últimos dos, en el área noreste, la barbacoa bien ha estado pasada por agua bien se ha quedado fría. ¿Dónde está el famoso calentamiento del planeta?

Quizá sea este tipo de fenómenos anormales, quizá sean las expectativas apocalípticas que no se ven a corto plazo, pero lo que es evidente es que en EE UU empieza a ver un raro escepticismo ante el cambio climático.

Según ha descubierto el Pew Research Center, si en 2008 el 71% de los americanos estaba convencido de que había evidencias sin fisuras de que la Tierra se está calentando, este año el porcentaje ha caído extraordinariamente hasta quedarse en el 44%. En años anteriores eran más los que no dudaban, el 77%. Son algunas de las cifras de una reciente encuesta hecha por este centro que, además, revela que solo el 35% de la población cree que el calentamiento de la Tierra es un problema muy serio. El año pasado era el 44%.

Es lógico que en la situación de crisis, creciente paro y, en general, inseguridad económica, un problema que aún no ha llegado con dramatismo a la puerta de casa se descuelgue de los primeros puestos en la lista de las preocupaciones. Pero lamentablemente, eso ocurre justamente ahora que se está en la antesala de Copenhague, una cita en la que se empezará a diseñar el tratado que sustituya al de Kioto.

No obstante, lo que es raro de este escepticismo, es que pese a todo, la mitad de los encuestados están a favor de que se limiten las emisiones de dióxido de carbono y que las empresas responsables de estas paguen por ello, incluso si eso supone que los precios de la energía suban. El 39% se opone, pero hay un 11%, que es un porcentaje muy elevado, que no lo tiene claro. Los que se identifican como republicanos son los que más se oponen pero los que se consideran moderados y republicanos liberales están con la mayoría de los que votan demócrata y creen que hay que poner coto a las emisiones.

Pero no es el único dato que sorprende de la encuesta. Lo consideren un problema grave o no, los americanos esperan que haya más compromiso internacional en esta cuestión por parte de Washington y el 56% cree que EE UU debe unirse a otros países para establecer estándares para combatir el cambio climático.

Pero en Washington no se están dando prisa para que esto se materialice.

Hace unos días, un comité del Senado aprobó el proyecto de ley que impone el mercado de las emisiones para reducir la emisión de gases. El comité, el primero de muchos que debe decidir sobre esta legislación votó sin el apoyo republicano. Ni un miembro de este partido se presentó a la votación para protestar que el informe de impacto económico no estaba actualizado y el endurecimiento de los límites de emisión sobre la propuesta de Obama.

Cuando llegue al pleno, y eso no tiene fecha, habrá republicanos que voten a favor de la ley que ahora se perfila y habrá demócratas que no. Pero tienen que sumar 60 votos y luego, el proceso legislativo seguirá su curso. Para cuando culmine, el paso de Copenhague puede que ya sea historia.

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