Un largo noviazgo que termina en boda en plena crisis
Las aerolíneas encaran su integración seis años después de plantearla
El 23 de octubre pasado el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, advirtió a 125 directivos y a los sindicatos: "Nos estamos hundiendo y es imprescindible reaccionar". Unos meses antes, en junio, Willie Walsh, presidente de British Airways, reconocía a los empleados de la compañía que esta se encontraba "en una lucha por su supervivencia". La crisis económica ha dado el último empujón a una fusión de la que se viene hablando ya cerca de una década.
La dependencia del sector aéreo del precio del petróleo y la llegada de las aerolíneas de bajo coste impulsaron en los años noventa movimientos de fusión en la industria aeronáutica mundial. Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York forzaron esa tendencia así como una aparente difuminación de la presencia gubernamental en la toma de decisiones en el seno de compañías aéreas privadas, tanto a nivel nacional como por parte de las autoridades de competencia en Estados Unidos y en la Unión Europea. En 2003 la holandesa KLM y Air France anunciaban su fusión. Poco después, en noviembre de ese año, Iberia y British Airways admitían que aspiraban a una integración similar.
Por tanto, han pasado seis años desde que las compañías reconocieran públicamente su intención de fusionarse hasta que, ayer, los consejos de administración de Iberia y de British Airways dieran finalmente su visto bueno. En ese periodo se han puesto sobre la mesa otras posibles operaciones, como la compra de Iberia por parte de sociedades de capital riesgo, la fusión de Iberia con Air Europa o la unión de British Airways con la australiana Quantas.
La fusión puede avivar conflictos con los trabajadores
Finalmente ha sido la crisis económica la que ha forzado una fusión de la que se viene hablando más de diez años (a mediados de los años noventa British Airways entró en el capital de Iberia levantando ya los primeros rumores sobre una futura fusión).
Las celebraciones tendrán que esperar
El largo noviazgo de la compañía británica y la española desemboca en una boda que no podrá ser celebrada por todo lo alto. Los alarmantes mensajes de los presidentes de una y otra compañía sobre su situación y los conflictos internos que afrontan desaconsejan felicitarse por una solución, la fusión, forzada por la crisis económica.
Las celebraciones tendrán que esperar a que Iberia y British Airways solucionen sus propios problemas, en especial los relacionados con sus trabajadores. La compañía británica se encuentra inmersa en una batalla con los sindicatos por el plan de reducir la plantilla de aquí a marzo de 2010, cuando finaliza su ejercicio fiscal. La aerolínea prevé una caída de 1.000 millones de libras en ingresos para su actual ejercicio y es previsible que si mantiene su intención de aprobar 1.700 despidos se convoquen jornadas de huelga.
Iberia vive estos días los efectos de la huelga de tripulantes de cabina. Cerca de 40.000 viajeros se pueden ver afectados por los varios centenares de vuelos cancelados que se suman a los más de 400 suspendidos en otras dos jornadas de paro a finales de octubre.
Aunque la fusión sirva de parche para tapar agujeros financieros también puede contribuir a avivar los conflictos laborales.
El fin de 80 años de historia en solitario
Aunque jurídicamente Iberia Compañía Aérea de Transportes nació en junio de 1927, gracias al industrial Horacio Echevarrieta y la compañía alemana Lufthansa, el primer vuelo comercial no se realizó hasta el 14 de diciembre de ese mismo año. Ese día, seis pasajeros subían a un trimotor Rohrbach Roland en el aeropuerto madrileño de Carabanchel con destino al El Prat de Barcelona en presencia del rey Alfonso XIII. Pagaron por el billete 300 pesetas de la época y tardaron tres horas y media en llegar a su destino.Durante estos más de 80 años de funcionamiento de la aerolínea, el tiempo de viaje en avión de Madrid a Barcelona se ha reducido a apenas 55 minutos y hay 60 vuelos diarios entre un aeropuerto y otro. La compañía hizo historia en 1946 al convertirse en la primera aerolínea que volaba regularmente entre Europa y Latinoamérica, con un vuelo a Buenos Aires de 36 horas. Ese mismo año, había abierto las rutas regulares a Londres y Roma aunque su primer vuelo europeo fue a Lisboa en 1939. Ahora vuela a 117 destinos en 43 países y a otros 117 gracias a la alianza Oneworld, a la que pertenece desde 2001.Sólo en 2008 transportó a 28 millones de pasajeros. A su estructura pertenecen hoy además las aerolíneas Air Nostrum, su franquicia para vuelos regionales, Clickair y Vueling, de la que mantiene un 45% del capital. Quiso fusionarse con Air Europa y Spanair pero no cuajó.